1. La reeducación de Areana (10)


    Fecha: 30/07/2018, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... las manos en la nuca. Marta se le fue acercando despacio y cuando estuvo a sólo unos centímetros le dijo: -¿Te vas a portar bien conmigo, bebota?... -Sí, señora, ésa es la orden que tengo… -Bueno, muy bien, desvestime… -dijo Marta y Areana comenzó a quitarle las ropas hasta dejarla tal cual vino al mundo. La librera estaba muy buena a su edad. Grandes tetas, cintura estrecha, caderas anchas y unas piernas de muslos gruesos y bien torneados. Areana sabía que le estaba prohibido, pero no pudo contenerse y envolvió en una larga mirada ese cuerpo hecho para el goce. -Qué bien olés, mocosa… -dijo Marta y comenzó a besar a su presa en las mejillas, los labios, el cuellos, los hombros. Areana iba excitándose más y más con esos besos y desde su más auténtica condición de sumisa, preguntó temblando: -¿Puedo… ¿puedo acariciarla y… y besarla, señora?... -¡Ay, bebota preciosa! ¡claro que podés!, pero vamos a la cama… -y así diciendo rodeó la cintura de la niña con un brazo y la derribó sobre el lecho para después tenderse junto a ella. -Besame, mocosa… Besame toda… ¡toda!... –y Areana comenzó a deslizar su boca por el rostro de la librera. Besó su frente, sus mejillas, sus labios, que al contacto se abrieron y entre ellos surgió la lengua en busca de la otra lengua y ambas bocas se fundieron en un largo beso de fuego que dejó jadeando a la mujer mientras la sumisita descendía con su boca por el cuello y recorría luego un hombro y el otro y luego las tetas, una y otra, deteniéndose en ...
    ... cada pezón inmediatamente erectos y buen duros. Areana, ya muy caliente, siguió besando y lamiendo ese cuerpo, el vientre, donde anduvo un rato mientras los gemidos y jadeos de la librera se hacían más fuertes, más roncos, más apasionados. -Así… así, pendeja puta… ¡Asíiiiiiii!... –clamó de pronto la hembra moviendo sus poderosas caderas de un lado al otro mientras sentía que de su concha brotaban chorros de flujo. Areana había llegado a destino y usó sus dedos para abrir los labios vaginales externos y hundir dos de sus dedos, moverlos un poco mientras con el pulgar estimulaba el clítoris ya fuera del capullo. La librera gritó y volvió a gritar una y otra vez, ganada por la más intensa excitación mientras Areana retiraba sus dedos y se los llevaba a la boca para beber esos jugos que para ella eran un néctar. -¡No pares, pendeja de mierda!... ¡No pares, puta!... ¡No pares o te reviento a bofetadas!... –gritó la librera y esa amenaza excitó aún más a la niña, que por un momento sintió el impulso de rogarle a la hembra que le pegara, que le pegara hasta cansarse, pero prevaleció su intenso deseo de ser cogida y entonces renovó los juegos de su lengua en la concha de la librera mientras después de algún esfuerzo le metía el dedo medio en el culo hasta el nudillo y lo ponía a trabajar allí avanzando y retrocediendo a un ritmo cada vez más rápido. De la concha seguía brotando el flujo que Areana bebía ávidamente para después reanudar sus lamidas en tanto los gemidos y jadeos de Marta ...