Un viaje para toda la vida
Fecha: 06/08/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... momento de mayor compenetración humana. Cuando T acabó ya sabía lo que me esperaba, el otro cachero quería su porción, así que resignada me eché ante él y lo llamé, esta vez boca arriba. Ni que decir que estaba recontra exitado, así que me cogió las dos piernas y se las puso al hombro ¡vaya una penetración profunda!, aunque no era tan grande como el otro, yo sentía que me estaba perforando el útero, así se lo dije y el muy canalla presionó más y más fuerte, hasta hacerme alcanzar el último orgasmo de la noche; luego de ello sacó su grueso miembro y se masturbó sobre mi cara, yo no tuve fuerzas ni para taparme con una mano, simplemente recibí, mientras el desgraciado de T tomaba fotos de esta nueva humillación. Luego de acabar se bañaron y se marcharon, dejándome dormida, más dormida que nunca. Al día siguiente desperté en esta casa extraña, con dolor de cabeza, de estómago y con un tremendo ardor en el culo; también la vagina la sentía hipersensible, pero no me dolía realmente. Haciendo un esfuerzo me levanté ¡ya eran las nueve!, un rápido duchazo y a la conferencia de la mañana; me sentía terriblemente culpable y deseaba rapar mi falta aprovechando en algo el tiempo, además, quería escaparme de la curiosidad de mis amigas, que ya estarían ansiosas de saber como me fue. Por la noche, ya en el club deportivo, pensaba en lo que había hecho, cuanto de ello había sido mi culpa y cuanto fue abuso. Estaba claro que yo quería tener sexo, cedí a la seducción de T y acepté –aunque ...
... borracha-que él me desvirgara. Pero no habría accedido a tener sexo con dos tipos si me lo hubieran propuesto, tampoco quería que me dieran por detrás, menos aun que tomasen fotos de todo; llegué a la conclusión de que eran unos abusivos, se habían aprovechado de mi arrechura para hacerme cosas horribles. Apenas los viese les reclamaría indignada. En estas meditaciones me hallaba cuando llegaron mis amigas, me rodearon y me preguntaron sobre la noche anterior, me habían visto salir de la discoteca en un tremendo agarre y suponían lo mejor; alguna me preguntó también por CH, si nos había hecho problemas o algo, ya que nos siguió y no regresó nunca. Les confesé que había perdido la virginidad, les dije que estuvo muy bien y que T era lo máximo, que la tenía muy grande y que era muy agresivo en la cama, un poco rudo, pero te hacía sentir riquísimo. Es decir que no les mentí, simplemente omití algunos detalles que resultaban demasiado bochornosos para mi. Una de ellas –la más audaz y recorrida en el sexo- declaró que había motivos para celebrar; tenía un par de botellas de pisco y estábamos solo un grupo de cuatro, así que no dudo en comprar una Coca Cola de litro y medio y preparar un trago que mataría a cualquiera. Nos lo acabamos a las dos horas y quedamos recontra empiladas. Decidimos salir a una discoteca, como habían hecho todas las demás, pero para ello teníamos que quitarnos esta sensación de borrachera. Por eso fuimos al baño, con la idea de despejarnos con un buen duchazo. ...