Un viaje para toda la vida
Fecha: 06/08/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... habían cumplido. CH había llegado pocos minutos después que nosotros, escuchó mi primer orgasmo y vio mientras T me penetraba, mientras fotografiaba también las escenas de mi defloración. Yo reclamé, insistí en que era una canallada lo que me habían hecho y acusé a CH de haberme violado, ellos me dijeron que yo me lo merecía, que los había provocado a los dos, haciéndolos pelear, era mi castigo por ofrecida. Ante tal argumento sólo me quedo callar. Ellos decidieron que merecía más castigo, así que me pusieron boca abajo para que CH pudiera darme de nalgadas, mientras su compañero me metía el instrumento entre los labios y me instruía sobre la mejor forma de hacerle una mamada. Ya estaba resignada a lo que quisiesen, en verdad me sentía su sirvienta, así que traté de chupar lo mejor que pude aunque los palmazos en el culo en verdad dolían y por momentos me obligaban a apretar mis dientes sobre el pene de T (cosa que no le gustaba demasiado) al poco rato ya estaba duro de nuevo, enorme, no podía chuparle ni la mitad. Fue entonces cuando me cambiaron de posición, pasé a degustar el pene de CH y a recibir las rudas manos de T en mis generosas carnes. Mientras estaba chupando la nueva verga (que recibí ya casi erecta) sentí una nueva penetración por detrás, esta vez eran dos dedazos, que recorrían toda mi vagina y le dedicaban especial atención al botoncito de mi clítoris, yo quería gemir, pero el miserable de CH me obligaba a seguir chupando; en verdad que mi amigo de atrás ...
... sabía lo que hacía, no tardé ni cinco minutos en tener un nuevo orgasmo, que me obligó a sacar el pene de mi boca, para gritar mi placer. Justo al acabar ese grandioso momento sentí una nueva penetración por detrás ¡!!que dolor tan maldito!! me acababan de romper el culo, podía notar con total claridad que el tremendo mazo de T se había metido, rompiendo en su camino mi piel circundante. Esta vez no me iba a dejar, lo insulté, traté de zafarme, moviéndome como una comadreja en batalla, pero el otro macho me sujetó las manos y el propio T ya me tenía bien asida de la cintura, de modo que no me quedó más remedio que resignarme a que me reviente todo el culo, pensé que si seguía insultándolo mantendría algo de dignidad. No obstante, al poco rato todo cambió, empecé a sentir que ese dolor era agradable y sin darme cuenta yo misma estaba impulsando mis caderas hacia el tubo de mi violador, obvio que mis insultos también fueron remplazados, para mi sorpresa estaba gritándole cosas como ¡papito!, ¡dame hasta el fondo!, ¡méteme más!, ¡rómpeme toda!, en fin, quien sabe cuantas puterías más se me escaparon ese día. CH quería penetrarme también, ya estaba a mil, pero no encontraba una posición adecuada, además notó que T ya estaba para acabar; así que se contentó con que se la frotara mientras el otro me culeaba, cosa que le agradecí, porque me dejó llegar a mi orgasmo justo al mismo tiempo que T tenía el suyo, la experiencia –aunque ruda- fue también muy bonita, en realidad debe ser el ...