1. Veronica


    Fecha: 12/08/2018, Categorías: Voyerismo Autor: trikitrake, Fuente: xHamster

    ... presionar en mi culo. Al principio luche por librarme, pero el viejo me tenia bien agarrada; sentí m*****ia cuando el regordete dedo del mesero me penetro el culo y gemí de dolor; a ellos les gusto, empezaron a decir que me gustaba, que era de esas putas a las que les gustaba ser violadas.... Sus insultos y el dedo de ese asqueroso acabaron con mi resistencia, de un momento a otro empecé a gemir de placer; el dedo en mi culo se sentía rico y sin darme cuenta empecé a seguir el rítmico movimiento, pare la cola para que entrara mejor y apreté el ano para sentirlo mas duro. Mi mano atrapó la flácida verga del viejo por sobre los pantalones; los insultos se hicieron mas duros, me llamaban puta de mierda; culona; devora picos.... También se burlaron de ti, "mira la puta señora Montenegro, como le gusta que se lo metan por el culo" se decían entre ellos. Los fuertes palmazos en mis nalgas me gustaban, dolían pero me hacían sentir mas vejada; mas abusada.... De pronto el viejo se paro, le dijo al otro que iba a ver como iban las cosas afuera y que cuando acabara de encularme le avisara para encularme él. Se dirigió a la puerta, la abrió y se devolvió. "llego el cornudo" le dijo al mesero y salió. Entendí que habías llegado, me libere a la fuerza de aquel bastardo que ya tenia la verga parada, me arregle el vestido y salí a buscarte; lo escuche decir que podía volver cuando quisiera para que me encularan, pero ni siquiera me volví a mirarlo. Solo quería irme; ir por nuestro bebe y ...
    ... volver a casa.Guardo silencio, ya no había nada que decir. La excitación en mi cuerpo había vuelto a florecer, lo vivido unos momentos atrás había cambiado mi vida. Ella sabia que no tendría derecho a reprocharle nada, pues le había permitido a un malviviente tocarla, pero aun parecía avergonzada. Pensé que la historia del restaurant era falsa, que su intención solo había sido excitarme, como el teatro que pensé proponerle; no lo sabia, solo eran ideas que surcaban mi mente mientras conducía. La rabia se había ido, pero la excitación; la calentura no, y en cierta forma me confundía; la experiencia recién vivida y la historia de mi mujer me habían hecho conocer una parte de mí rechazada por mi moral. Miraba a Verónica y la rabia volvía y a través de esta la excitación, me di cuenta que era una combinación increíblemente morbosa.Llegamos a la casa de mi Suegra, ya era pasada la media noche. Marta estaba en el primer piso consolando a Thomas. Le preguntamos que había pasado. Nos contó que el niño había tenido una pesadilla y que lo había traído a tomar un baso de leche porque aun no se calmaba. Thomas lloraba desconsolado, parecía asustado y ni siquiera en los brazos de su madre se tranquilizaba. Fuimos a la cocina y marta le sirvió un baso de leche tibia.―¿Las cosas del niño mamá?―preguntó Verónica.―Sobre el mueble, en mi habitación.―Voy por ellas, será mejor llevarlo a casa―dijo mi esposa mientras salía de la cocina.Marta me preguntó como lo habíamos pasado; le respondí que ...