MI PRIMA KELLY Y MI LUNA DE MIEL ANTICIPADA.
Fecha: 14/08/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: LOVERBKS, Fuente: SexoSinTabues
... huarachitos playeros. Se perdió de mi vista al llegar a la calle y doblar tras la cerca de madera de casa de mi tío. No supe quién era; seguramente familiar de Doña Rosita, una vecina del barrio, pensé. _¿Ya viste a Kelly? Me preguntó Nena por la tarde. _Lo primero que hizo al llegar fue ir a buscarte, como siempre. Parece que siempre ha estado enamorada de ti, ja ja ja. Noté el mismo tono de mi tío en sus palabras, y ese comentario me anticipaba que estas vacaciones serían lo mismo que las últimas con ella ahí. Y no era que lo pasara tan mal, sólo que solían enfadarme sus modos de niña, que era aún. Pero en el fondo me caía muy bien. Era una niña muy buena y noble, y sobre todo, me quería mucho y siempre tenía detalles conmigo. Creo que más bien era la situación que ocasionaba con mi tío y su familia lo que no me gustaba; sus comentarios mordaces y esas cosas de la última vez. Por la noche no hice tanto ruido; muy pronto me fui a la cama y ni vi siquiera la tele, puesto que mi tío me vio un rato después que Nena y me dijo en tono burlón: _ Ya llegó tu novia, la atiendes bien por favor. No ha hecho otra cosa que preguntar por ti desde que llegó. Antes de darme mi beso al llegar salió para acá a buscarte esta mañana. Mi tío era un hombre joven y amistoso, y como hijo de su hermano me tenía mucho cariño. En sus palabras esta vez noté un “algo” diferente, que no sabía identificar. Algo más allá de la simple burla y la broma. Como había ido a nadar y hacer mi rutina de bici un ...
... poco más fuerte que otros días, me dormí muy rápido. Al día siguiente me fui muy temprano a caminar por la playa. Me gustaba en ocasiones contemplar el amanecer sobre las tranquilas olas de verano. Hice mi caminata matutina muy a gusto, el día estaba precioso. De regreso a casa, distante dos cuadras, al tomar la calle que daba a casa, vi como una mujer joven dejaba la zona del malecón y entraba en la misma boca calle por donde había de caminar yo. Al doblar la esquina pude verla más bien, de espaldas. Inmediatamente la identifiqué; era la misma chava que el día anterior había visto cerca de mi casa. Su caminar era inconfundible; se movía con una gracilidad sin par. Hacía un poema a la sensualidad de cada paso que daba. Vestía unas mallas negras debajo de la rodilla, de las muy usadas para hacer ejercicio y solo un top cruzado por la espalda. Llevaba el cabello agarrado en una frondosa cola, debido a lo crespo de este. Me fui extasiado detrás de ella observando sus sensuales movimientos al caminar y lo bello de sus formas; unas piernas de campeonato, unas nalgas bien paradas que pendían de unas bien formadas caderas, bajo una pequeña cintura de avispa. No le vi de frente, pero era suficiente lo que vi para quedar sumamente interesado. Dobló la esquina de la cuadra unos treinta metros delante de mi, y como caminaba de prisa, cuando llegué la esquina, esperando verla, ya no estaba sobre la calle; se me había perdido. Me dirigí a mi casa desconcertado. Me eché un fresco y rápido ...