El hambre con las ganas de comer
Fecha: 04/10/2017,
Categorías:
Primera Vez
Hetero
Autor: Dita Delapluma, Fuente: CuentoRelatos
... sucedido algo malo? Charito se acercó a la verja y la abrió, negando con la cabeza. -No… bueno, dependiendo de cómo se mire. Mi novio y yo hemos discutido. -Lamento enterarme de eso – mintió Bruno con tanta convicción, que la joven le miró con agradecimiento. - ¿Puedo hacer algo yo por usted? La joven pareció a punto de negar con la cabeza, pero entonces le miró y se quedó pensativa unos segundos. Y luego sonrió. Una sonrisa con un puntito de malicia, que a Bruno le pareció muy atractiva. -Agente Bruno… eeeh… yo sé que no nos conocemos mucho, pero… tengo una extraña confianza hacia usted, no sé si le pasa lo mismo, pero… -¿Le da la sensación de que puede contarme cualquier cosa, y que es como si nos conociéramos de toda la vida…? – sonrió él, y la joven le devolvió la sonrisa, encantada. -¡Exacto! Por eso… quisiera pedirle un favor. Quiero que sepa que puede negarse, que no me sorprenderá si lo hace, pero, ¿podría pedirle un favor… muy íntimo, y personal? Bruno sonrió, confidencial, y se llevó la mano derecha al cinto, donde tenía su arma. -Sólo pronuncie su nombre – susurró – mañana, ya no existirá. – la joven se rió con ganas. -Es usted muy amable, pero lo que deseo pedirle, es algo... distinto – dijo, al no encontrar un adjetivo que la convenciese del todo. Bruno la miró, expectativo. – Lo que deseo pedirle, es… sin ánimo de ofenderle, y con todo el respeto, es… que pase conmigo a mi casa… - la joven se puso de pronto muy roja, y tuvo que agachar la cabeza para continuar ...
... – que nos tomemos juntos un cacao… ¡y luego hagamos el amor! “¡CLONC! - ¿Eh, Bruno, muchacho, has oído eso….? Era tu cerebro estampándose contra el suelo, y se acaba de hacer pedazos… aunque la verdad es que nunca tuviste gran cosa dentro, pero ahora, sólo quedo yo, me llamo Deseo Lujurioso, ¡y hace treinta años que estaba deseando tomar el mando, maldito pringado!” Bruno era incapaz de hablar. Había oído la voz dentro de sí, realmente la había oído… con tanta claridad como la había oído a ella. -Agente… debe de odiarme… sé que le he pedido algo horroroso, romper su promesa, destrozar su voto, renunciar a su ideal… pero por favor, no se enfade conmigo… - Bruno se dio cuenta que estaba boqueando sin decir nada, como un pez fuera del agua, y se dio un bofetón para reaccionar. -Espera…. – logró balbucir - ¿Quieres esperar un momento? Nada más que un minuto, ¿vale? Enseguida vuelvo, no te marches, no te muevas de aquí, espérame, ¿quieres? No tardo nada, espérame. – La joven se le quedó mirando, mientras Bruno caminaba como a sacudidas, salía del porche, daba la vuelta a la casita y, oculto tras la esquina se oyó - ¡YAHOOOOOOOOO-UAU! – Acto seguido, Bruno apareció de nuevo, sonriendo con dulzura, y llevando en las manos tres capullitos de rosa roja. – Para ti. Acepto. -¡Oh, Bruno, ¿harás eso por mí?! – contestó ella, pasando también a tutearle. - ¡Gracias! Todo es culpa de mi novio… ¡me ha sido infiel! Dice que… dice que está harto de que sea virgen, por eso se va con otras, para ...