SOLO ERA UN JUEGO… (2)
Fecha: 15/08/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: barquidas, Fuente: RelatosEróticos
... embarazos como en los dos partos, cuidando más que a menudo de su nieto mayor y luego de la pequeña; pero este no había sido el caso del padre de los muchachos y abuelo de los críos, lo que significaba una espina más que dolorosa en el filial corazón de Sandra, que más que querer, adoraba a su padre, del que siempre fue su “princesilla”… Pasaron los meses y, a los tres-cuatro de Sandrita, una tarde de sábado, no mucho después del mediodía, sobre las cuatro y media-cinco de la tarde, llamaron a la puerta de Paco y Sandra; ésta estaba en tal momento dando el pecho a la pequeña, por lo que fue Paco quien acudió a abrir, que se quedó en cuadro cuando ante él vió a su madre, pero con su padre En fin, el habitual desenfado de Dª Alejandra. Paco se quedó sin palabras ante su padre. Quiso adelantarse hacia él y besarle, abrazarle, pero finalmente no se atrevió, ante el gesto más que adusto de su progenitor, por lo que se limitó a tenderle la mano, abierta, mientras decía Pero ni eso; su padre, D. Francisco, Paco para su mujer, ni se dignó mirar a su hijo; mucho menos aceptar la mano a él extendida… Prácticamente le quitó de enfrente pasando hacia adentro Puede imaginarse la cara de Paco y, sobre todo, de Sandra al oír a aquel salvaje en que su padre se había convertido. Pero la madre les hizo señas para que no se soliviantaran. Así que Sandra reponiéndose al dolor que las palabras de su padre le causaran y, sobre todo, a la rabia que esa altivez, ese desprecio supino le produjera, ...
... se levantó con su hija en brazos para ir al encuentro de su padre, deteniéndose en el momento de estar frente a él, a metro de distancia más o menos y, sin alargar ella mano alguna, repitió el saludo de su hermano y marido a su padre Para entonces Dª Alejandra ya había tomado a su nieta de los brazos de la hija, arrullándola entre los suyos propios, llenándola de besos y frases de cariño, para, finalmente, mostrársela al abuelo D. Francisco sí que miró a la niña, y hasta pareció que una sombra como de ternura pasó por sus ojos durante algún segundo, pero al instante reaccionó al atisbo de humanidad, rechazando a la nieta que su mujer le tendía. Ésta, al instante, enrojeció de ira En ese momento Sandra, que al dejar a su hija en manos de la abuela, se había metido para adentro, apareció con su hijo mayor en brazos, y se lo tendió al abuelo mientras le decía El crío miró a su abuelo; le sonrió en sonrisa que le iluminó toda la carita, abriéndole la boca de oreja a oreja, altiempo que le tendía sus bracitos… Y ahí se acabó la “mala ley” del abuelo y padre, pues ante la sonrisa, su nietecillo, su Paquito III, el hombre se desinfló. Tomóen brazos al pequeño besuqueándole a todo besuquearle pero también, entonces, se volvió hacia su nieta, en brazos aún de la abuela, su querida, queridísima esposa y mujer, que se la tendió, y allí estaba el feliz abuelo, el dichosopadre, con sus dos nietos en sus brazos, uno en uno de ellos, la otra en el otro brazo, aunque, en parte también, ambos ...