1. La revancha que surgió del fuego


    Fecha: 24/08/2018, Categorías: Dominación Autor: evamaniac, Fuente: RelatosEróticos

    ... prácticas zambomberas y la poca discreción con la que las profesaba...� �No me lo puedo creer, Mónica�, le interrumpí. �Calla cariño, por favor. Y escucha. Le pedí que no hiciera tanto ruido y, en tono irónico pero sensualmente le dejé caer que nosotras no somos de piedra y que, aunque nos gusta el �marisco�, no le hacemos ascos a una buena �ternera en salsa�. Creo que no se esperaba esa sentencia mía, pero mucho menos lo que hice a continuación: mientras caminaba por la estancia putrefacta me dirigí a su �base de operaciones� al final del pasillo, efectivamente colindante a nuestra habitación, y le solicité, con gran habilidad femenina, todo hay que decirlo, que me enseñara alguna de las películas que usaba para aliviarse. Para eso sí que no estaba preparado el marrano.� �No me lo puedo creer, Mónica�, le interrumpí de forma idéntica a la anterior, pero esta vez con un cariz más sorpresivo. �Por favor, déjame acabar, cariño. Se conectó a una web llamada Xhamster, �hamster� de chocho, una expresión idiomática inglesa. Afortunadamente no era una web de zoofilia. Abrió su perfil y empezó a mostrarme sus vídeos �favoritos� o como se llamen, y venga escenas anales, y venga corridas en la cara, y venga folladas con las tías más guarras que haya visto jamás... Al tío no le costó nada ponerse a tope en un solo minuto mientras me iba explicando el concepto filosófico de cada �poema� visual. Y a mí no me supuso ningún esfuerzo proponerle una contribución preguntándole si le ...
    ... apetecía que le pajeara mientras veíamos uno de sus vídeos.� �¡Pero serás guarra!� Me salió el reproche del alma. �Ya, ya... pues no te creas que el tío tardó mucho en sacarse la polla.�, continuó narrando una Mónica que, hasta ahora, me era desconocida. �Le invité a que se levantara y, estando los dos de pie, le agarré la tranca empinada y empecé a masturbarle de la única forma que sé. No soy una experta como tú, claro, pero pareció gustarle bastante porque, a los 20 segundos, cuando noté que se iba a correr, le acerqué a su pantalla para que eyaculara contra ella, sobre el vídeo porno que había pinchado. Reconozco que me dio bastante asco la escena pegajosa que organicé y el olor que emanaba de ella, pero sirvió para hacerme una idea de sus medidas y sus mililitros�. �¡Que asco!� tuve que esgrimir entre dos arcadas. �¿Se corrió mucho?� susurré tímidamente contradiciendo tangencialmente la anterior exclamación. �Eso ya lo verás tú el viernes, guapa�. �Sí, y tu puta madre, no te digo...� Ya me estaba cabreando la bromita de la cerdaca esta. Lo de la cantidad de semen era una curiosidad mía basada en otro acontecimiento repulsivo que recuerdo con el Rafa este de las narices, dos días después de instalarme en mi piso: cuando se presentó como mi vecino, y aún no le conocía como ahora, cometí el fatídico error de proporcionarle mi email y mi Facebook, y días más tarde me encontré en mi bandeja de entrada una foto de mi jeta, extraída de la red social, llena de lo que parecía esperma. ...
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