1. La revancha que surgió del fuego


    Fecha: 24/08/2018, Categorías: Dominación Autor: evamaniac, Fuente: RelatosEróticos

    ... tía. �Pues sí que los tiene, nena, y muy sofisticados. Me ha estado mostrando unas pelis que ¡ufff!, me he puesto a tope. El tío será lo que quieras pero le encanta el sexo, y sabrá hacerte un trabajo de primera el viernes, ya verás. Hice caso omiso a todas esas observaciones. Pero incluso a sabiendas de que me entraba todo por un oído y me salía por el otro, ella insistió: �Ha estado enseñándome vídeos amateur de lo que llaman BBC, unos negros enormes con rabos a juego, que me han puesto tan cachonda que he empezado a mojarme a tope, ahí sentada a su lado frente al ordenador. Creo que, debido a mis suspiros de sorpresa en cada escena, se debió dar cuenta de lo caliente que me encontraba y, el muy guarro, me metió una mano bajo la falda para tocarme un muslo. Al oírme suspirar ese tocamiento me preguntó �si estaba húmeda�, literalmente, y le dije que sí. Seguidamente le pedí que se levantara y me senté sobre mis talones en el suelo, frente a él, para sacarle la polla y pajearle como nunca se lo habían hecho antes, según me dijo�. �Tía, estás enferma, de verdad�, le recriminé sin apenas inmutarme. �Ya bueno, no se la chupé porque me daba un poco de asco su olor, pero súbitamente descargó unos chorros de leche sobre mi pelo y mi frente. Aún tengo restos, creo. ¿me lo miras, porfa?� �Vete a la playa�, le respondí indignada mientras me preparaba un sandwich para comérmelo frente a la tele. No le dirigí la palabra en todo lo que quedaba de tarde y de noche. Y me quedé a dormir en ...
    ... el sofá. La mera visión de mi amiga recibiendo en su cara la leche de ese mendrugo me daba auténtica inquina. Miércoles. He dormido en el sofá y Mónica ya se ha ido al trabajo. Me ha dejado café caliente y una nota junto a la taza: �Que tengas un buen día, te quiero�. Es el colmo. Consciente de lo que me afecta su anormal comportamiento, a sabiendas de que he dormido en el sofá por despecho, ¿me hace café y me escribe una nota? Si lo que pretendía era confundirme, lo había conseguido. Y mucho. Daba la sensación de que, paralelamente a su plan contra mi orgullo, se había desencadenado en ella una obsesión morbosa por Rafa. Entonces me planteaba muy en serio que si una mujer tan atractiva como ella, con un cuerpo realmente envidiable y una belleza exótica poco habitual, no sentía verdadera repugnancia por ese tipejo, a lo mejor es que yo estaba equivocada prejuzgándolo sin conocer, a ciencia cierta, las supuestas virtudes del tipo. Una cosa sí tenía clara: el pequeño Torrente guapo no era. Ni mínimamente atractivo, físicamente. ¿Tal vez tenía un pollón del 20 que había embargado el interés de mi compañera?, ¿Posiblemente su incómodo y antiestético semblante era, en realidad, una excelencia? Joder, ni idea. Intenté olvidarme de las rencillas, me duché (sin paja), me vestí y salí a toda mecha del piso. Estas paredes con �oídos� se me caían encima. Esa noche llegué tarde, después de cenar. No había tenido ninguna cita, pero no me apetecía estar con Mónica en casa, así de simple. ...
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