1. La piba


    Fecha: 25/08/2018, Categorías: Confesiones Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... frío. Me susurró que iba a prender el vibrador, y le grité que lo hiciera ya. Me encantaba el grosor del chiche que me entraba y salía, y más cuando me doy cuenta que intercala el consolador con su pija, que estaba super erecta pero era muy pequeña. Ahí comprendí el porqué del juguete. Era evidente que no tenía confianza en sí mismo. Pero no me puse a pensar en nada que no fuese placer, sino me golpearía a mí misma. Seguí gozando con ese intercalar, hasta que exploté y le grité que iba a acabar. Entonces volvió a bajar con su boca y se tragó toda mi acabada. Fue genial! Cuando quise satisfacerlo, ya que no me gusta dejar a ningún hombre, y menos a un cliente disconforme, me dijo que no importaba, que él había disfrutado muchísimo sin haber acabado. Me abrazó y me dijo que era una reina sexual, con lo cual me sonrojé un poco, y me besó las mejillas. Sentía cosas lindas por él, pero a la vez no quería involucrarme sentimentalmente con ningún cliente. Yo también disfrutaba a pleno de coger con tipos diferentes todos los sábados. Pero él me hacía pensar y sentir otras cosas. Hasta que recordé lo pequeña que la tenía y me calmé. Jajajaja! Nos vestimos, salimos del lugar y cada uno siguió con su vida. Al cabo de unos días Enlil volvió a hablarme al cel, aunque no literalmente. Me escribió y chateamos un par de veces, y nos juntamos algunas tardes. Pero él se terminó enamorando de mí, y eso no pude aceptarlo. Para bien de los dos y de mi trabajo le pedí que no habláramos más. Hoy ...
    ... pienso que debí mandar todo a la mierda, porque esa fue mi oportunidad para querer y que me quisieran. Cada vez que le contaba al Roto de esa historia me quería golpear, ya que éramos un dúo inseparable en ventas, y él no quería perderme como soldadita. No lo dejé porque me había hecho siempre el re aguante. Yo conservé mi puesto en el barrio cheto. Me llevaron en cana un par de veces, pero nunca me encontraron nada. Los pacos sabían que yo vendía. Si me habían venido a comprar y todo. Pero cuando les apretaba el zapato de guita me llevaban para ver si me podían incautar algo los muy hijos de puta. Nunca me voy a olvidar de una vuelta, que encima de fumados andaban con cocaína en la sangre, y querían coger por más que no se les paraba la verga. Entonces los sucios andaban queriendo meterme dedos por ahí. Me llevaron antes de que me fuera del puesto, que por lo general era tipo 8 de la night, ya que siempre me reemplazaban por la noche. Bueno, me llevaron y no fue precisamente a la comisaría. Eran dos, y manejaron como chirricientos kilómetros, hasta que veo un cartel que decía Cacheuta. Ahí me impacienté. Hasta entonces fumábamos, tomábamos y ellos se mandaban unas líneas. Me habían quedado dos fasitos y se los convidé, esperando que me soltaran. Nos empezamos a meter a uno de los túneles de Cacheuta y detienen el auto junto a un lago. Hablan con el dueño de un lugar y le dicen que es un monitoreo de rutina. El viejo entendió a la perfección y les dio unas llaves. Uno de los ...
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