1. Las mejores maestras


    Fecha: 26/08/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hermana Mónica era preciosa! La estaba viendo de perfil, mientras el agua le caía por el cuerpo, dando un salto y cayendo como si de una cascada se tratase, más allá de sus pezones. No se debía estar mojando los pies! Que maravilla de tetas. Al acabar ella de ducharse, aún permanecí mirando 1 o 2 segundos más. Pude contemplar así, su coño, al ella levantar un pié, para salir de la bañera. En silencio, me dirigí al cuarto que me había asignado. Yo tampoco cerré la puerta del todo. Al oír que ella salía del baño, como el que no quiere la cosa, en voz alta le pregunté si ya había acabado, para ducharme yo también. En el mismo momento empecé a desnudarme, empezando por bajarme los pantalones. Soy la ostia calculando! Mónica se aproximo a la puerta para decirme que si, que no había problema. Justo en ese momento, yo me sacaba los calzoncillos. Mi dura polla, enfocaba hacia la puerta, dejando ver una erección descomunal. Bien jugado campeón; pensé para mis adentros. Aunque yo no miraba hacia la puerta, podía notar tras ella, la presencia de mi hermana, observando mi erección. Yo continuaba hablándole, como si pensase que ella se encontraba lejos, al tiempo que con un movimiento, como si fuese mecánico, me tocaba la polla. Al ponerme el albornoz para salir hacia el baño, pude observar como una sombra huía de detrás de la puerta. Mi hermana se había ido ya para no ser descubierta. Uhmmmmmm, ahora tienes algo en que pensar, hermanita! Me dije a mi mismo. Me duché yo también, ...
    ... mientras Mónica empezaba a preparar la cena. Al acabar, me puse unos calzoncillos limpios (recordaba los consejos de Mireille) y unos pantalones, dejando mi pecho al descubierto. Me dirigí a la cocina para ayudar a Mónica y poder seguir observándola y como no, deseándola!. Casi me corro de la visión. Se había puesto un pijama transparente, el sujetador y unas bragas. Tragué saliva. Como el que no quiere la cosa, me puse a su lado para ayudarla (jejeje, para observar bien sus pechos a través del pijama). Hablábamos de cosas banales, de recuerdos, etc, etc. Cogí 2 copas, abrí la primera de las botellas y le propuse un brindis: Yo- Por el deseado rencuentro! Mó- Brindo por ello! Para cuando la cena estuvo preparada, ya casi se había acabado la primera botella. Aunque iba llenando las 2 copas a la vez, yo bebía menos. Mónica no debía sospechar nada. A ella se la llenaba hasta arriba cada vez, esperando que la apurase, mientras que yo tan solo le daba pequeños sorbitos. Llevamos todo a la mesa y empezamos a cenar. A Mónica el vino ya le estaba produciendo efecto. No es que se encontrase mal, nada de eso. Todo lo contrario. Le había soltado la lengua y le había hecho olvidar sus prejuicios. Fui llevando la conversación hacia donde a mi me interesaba. A la ruptura con su novio! Esperaba que la mezcla de : dolor por la ruptura, la visión de mi polla dura, el alcohol, el ambiente y la alegría por mi visita, acabarían por conseguir que se abriese a mi (en el sentido más literal de la frase, ...
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