LA ROCKOLA
Fecha: 28/08/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
... trasero quedara apuntando a mis ojos, siempre al ritmo cadente del tema comenzó a balancearse, derecha e izquierda, una lado, el otro, con sus piernas levemente separadas parada sobre unos altos tacos. Si su busto era perfecto su culo no era menos, unas caderas extremas, unas nalgas redondas, la tela brillante adherida me hacía adivinar una diminuta tanga perdida en su cuerpo, sus movimientos me provocaban de tal manera que me sentía endurecer bajo la mesa, si en mi mente hubiera dibujado la mujer perfecta sin dudas se hubiera asemejado demasiado a ella. Me incorporé y fui a su lado, su rostro era angelical, unos grandes ojos celestes llamaron mi atención, perfectamente delineados con rímel, pintados en azul oscuro, el maquillaje cubría su joven rostro y sus labios en rojo brillante eran la manzana prohibida. - Gracias por la cerveza! - Cómo te llamas? - No importa… - Cuántos años tienes? - Cuentos crees? - Diecisiete? Dieciocho? - Ja! cumplo diecinueve el sábado… Me perdía ante su belleza, ella prosiguió la charla - Tiene un cigarro? - Si, pero… acá está prohibido fumar… - Repito, tiene un cigarro? Saqué un cigarrillo y lo encendí en su boca, apenas unos segundos y el mozo vino a solicitarle que por favor lo apagara, ella en una actitud provocativa dio una gran pitada y largó el humo con fuerza sobre la cara del joven que solo cumplía su trabajo, sonrió y apagó el pucho sobre la máquina, entonces se acercó a mi oído y me dijo: - Pagá las cervezas y vamos a tu casa, quiero ...
... coger… No daba crédito a lo que escuchaba, repregunté como un tonto y me respondieron como a un tonto, cuando caía el sol volábamos a mi departamento, por la velocidad ella se había pegado a mi espalda, sentía sus enormes pechos apretujarme por detrás, sus brazos me rodeaban y me apretaban con fuerza, acariciando mi pecho y llevando cada tanto una mano a mi entrepierna, la perra me iba a hacer chocar! Al fin llegamos, dejamos la moto y subimos por el ascensor, ya en ese momento se abalanzó sobre mí para meter su lengua en lo profundo de mi boca, casi sin dejarme respirar, una mano estaba apretando una de sus tetas, la otra recorría su trasero, ella me apretaba con violencia contra uno de los laterales, parecía endemoniada, llegamos al piso, casi arrastrándonos llegamos a mi hogar, los nervios no me dejaban embocar las llaves en la cerradura, ella me atacaba por todos lados, como si fuera un pulpo. Entramos, apenas tiró su cartera sobre la mesa de entrada, llegamos al dormitorio semidesnudos, besándonos, como animales, ella solo repetía ‘cogeme, quiero tu pija, cógeme toda…’ Su pequeña remera y su calza brillosa quedaron en el piso, me empujó sobre la cama, acarició mi verga desnuda y sin perder tiempo vino sobre mí, la corrió y se sentó sobre ella, entró de golpe, hasta el fondo, empezó a moverse, la sentía entrar y salir de su concha, la dejé mover, entonces tuve los minutos más gloriosos de mi vida, embriagué mi vista con su figura, su piel estaba por demás bronceada, blanca ...