LA ROCKOLA
Fecha: 28/08/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
... en sus senos, la línea que delimitaba los lugares donde no llegaba el sol era perfecta, eran dos enormes capullos blancos con dos preciosos timbres marcados, duros al tacto, esferas divinas, llené con ellos mis manos y los lamí con dulzura, acaricié su cuerpo con calor de hombre. Ella estaba ajena a mi vista, como encerrada en su mundo, jadeaba y gritaba con sus ojos cerrados llenando mis oídos de placer, con su boca sedienta, saltaba sobre mi verga dura sin parecer importarle nada, enloqueciéndome, embriagándome, sentí su mano derecha deslizarse entre su pubis y el mío para masajearse rítmicamente, era un volcán a punto de estallar, no podía abstraerme de su belleza, sus gritos fueron en aumento, sus contracciones en torno a mi sexo también, la sentí llegar con mi verga en su interior, fue terrible. Luego inclinó su espalda hacia adelante para desplomarse sobre mi pecho, sus gritos cesaron, apretó su boca contra la mía, tomo mis manos entre las suyas y las tiró hacia atrás como fingiendo inmovilizarme, sus anchas caderas seguían moviéndose, me sentí acabar y ella lo presintió, sus gemidos de placer escapaban por sus labios a medida que sentía el semen hervir, hasta que llené su hermosa concha con mis jugos. Todo había sido muy rápido, una explosión de placer, giró sin decir nada, puso su sexo sobre mi boca y rápidamente estaba chupando mi pija que había perdido rigidez, tomé con mis manos sus enormes cachetes para separarlos, mi vista se centraba ahora sobre su concha, tan ...
... blanca como sus tetas, sus labios gordos y rosados, su entrada visiblemente manchada por el líquido que le había regalado, su esfínter que se habría deseoso ante mis ojos, la lamí con ternura, rápidamente mi verga volvía a la acción y la sentía erguirse en su boca, más cuando ella metió las falanges de sus dedos anular é índice en su apretado culito para masturbarse por atrás mientras aprisionaba entre mis labios su clítoris. De pronto saltó de la cama, fue hasta donde había dejado mi jean, sacó el cinto, volvió a mi lado, me lo entregó para poner sus muñecas enfrentadas., una contra la otra y pedirme - Atame las manos con el cinto La miré y le seguí el juego ajustando suavemente, pero ella reclamó: - Más fuerte, que duela… Ajusté aún más, observando en su rostro una mueca de dolor, entonces siguió con un juego perverso: - Pegame! - Qué? - Qué me pegues una cachetada! Abrí mi mano y casi acariciando golpee su mejilla, a lo que reclamó - Así no! pégame! literal, que me duela Le di un poco más fuerte, suficiente para hacerle girar el rostro, puso la otra mejilla, excitada, reclamó - Ahora más fuerte, como hombre! Volví sobre ella aun midiendo mi fuerza, pero lo suficiente para arrancarle un grito de dolor, mis dedos quedaron marcados en su piel, no me gustaba mucho este jueguito, a ella le fascinaba, se puso en cuatro patas, apuntando su trasero a mi lado y volvió a pedir: - Pegame en las nalgas, pero pégame fuerte, soy una nena mala y merezco que me castigues Entonces si perdí ...