El intrincado mundo de la sumisión
Fecha: 28/08/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Dominación
Autor: OscarVilla, Fuente: CuentoRelatos
El timbre del teléfono rasgó el velo de la noche. Desperezándose lentamente miró el reloj de la mesilla de noche. Aquella hora le parecía intempestiva. Ella casi ni siquiera se despertó. Con indolencia descolgó el teléfono y respondió la llamada. Unos monosílabos fueron más que suficientes para dar por terminada la conversación. Después, la miró y con suavidad movió su cuerpo desnudo para despertarla. Ella sabía de sobra el motivo por el que su marido la había despertado pasada la una de la madrugada, devolviéndola al mundo de los vivos. Lo sabía y lo aceptó sin protestas. Ya lo habían hablado en más ocasiones, incluso en más de una oportunidad lo habían llevado a la práctica. A ella siempre le gustó. Terminaron de vestirse. Antes de salir fue a la habitación de sus hijos para comprobar su sueño. El la miró casi a hurtadillas recordando cuando, sin ella darse cuenta, había descubierto sus inclinaciones que al principio le resultaron depravadas aunque luego las supo asumir como propias. Fue una noche, un año antes. Dormía plácidamente hasta que por alguna razón su sueño se vio truncado y el brusco despertar lo hizo abandonar la cama sin hacer ruido para que su mujer no se despertase. Se fue a la sala y se asomó a la ventana para que la noche, con su sugerente oscuridad, le relajase devolviéndolo al mundo de los blancos mensajes. No fue posible, el sueño no quiso sentarse a conversar con él aquella noche. Decidió, entonces, irse al ordenador. Tenía trabajo pendiente y podía ...
... ser un buen momento para sacarlo adelante. Al encenderlo observó que la cuenta de msn de su mujer se abría de forma automática. Por algún error a la hora de ejecutar un comando la contraseña se había activado abriendo de par en par el mundo secreto de la mujer con la que dormía desde hacía algo más de quince años. A punto estuvo de cerrarla, sin embargo alguien, desconocido para él, comenzó a transmitirle las primeras frases de un mensaje. - ¡Hola! ¿Has pensado en lo que te dije el otro día? Quedó sorprendido y pensativo. Buscó entre los contactos que estaban navegando en aquel momento y encontró el nick del remisor del mensaje: “BlackMan”. Pensó en el nombre y en su significado. Durante unos segundos guardó silencio dudando en apagar el ordenador y regresar a la ventana. En más de una ocasión había visto a su mujer sentada ante el ordenador, en animada charla con alguien. Nunca quiso preguntar quién era su interlocutor. Una vez, viéndose sorprendida, le había explicado que charlaba con viejas compañeras de Colegio con las que se había reencontrado en internet al cabo de los años. Aquella justificación le pareció, a la postre, más que suficiente. Volvió a releer el mensaje. ¿Has pensado en lo que te dije el otro día? Miró el nombre que empleaba su mujer: “Encadenada”. Aquello nuevamente le sorprendió. Se detuvo a pensar. En el fondo deseaba conocer que le había dicho aquel individuo días atrás. Sin embargo, la confianza que siempre se tuvieron, hacía descartar la posibilidad de ...