1. Vacaciones en la ciudad con una madura


    Fecha: 17/09/2018, Categorías: Sexo con Maduras Hetero Autor: El Suspense, Fuente: CuentoRelatos

    Salió del agua como si de una sirena se tratase, por unos segundos en los que parecía que la tierra giraba a cámara lenta, mis sentidos estaban pendientes solo de ella. No es que se tratase de una chica joven con unas medidas esculturales, no, era una mujer ya en plena madurez, estaría muy próxima a la cuarentena pero para un veinteañero como lo era yo entonces era toda una mujer, una mujer con mayúsculas, verla subir los escalones de la piscina mientras el agua le arrollaba por todo el cuerpo era una imagen extraordinariamente sensual. Por un segundo nuestras miradas se cruzaron y una tímida sonrisa apareció en su rostro, lentamente se volvió y se dirigió a su toalla donde había otras tres mujeres de edad similar a la suya, aunque muy lejos de tener su atractivo. Estaba harto de las chicas jóvenes, Carmen era sensacional en la cama, insaciable, pero solo se la podía aguantar precisamente si estábamos jodiendo, sino era una niñata que me levantaba dolor de cabeza. Decididamente había sido un acierto no irme de vacaciones con ella. Aquella mujer me atraía terriblemente, no era una top-model, no llevaba un minúsculo bikini sino uno muy normalito pero tenía un algo, una mirada, una forma de mesarse el cabello, una forma de andar, una sonrisa ... un todo, que la hacía tremendamente seductora. Se la veía relajada, cómoda y muy segura de sí misma. Sinceramente, esa mujer me interesaba mucho, pero que podía hacer yo con mis 22 añitos frente a una mujer de esa categoría. Pasaron ...
    ... tres días desde esa primera vez que la vi, ya creí que no volvería a saber de ella cuando un martes después de comer volvimos a coincidir en la piscina, ese día estaba sola, sus amigas a parecer no la acompañaban. Estaba encendiendo un cigarro cuando de pronto alguien me toca en la espalda, me giro y es ella, por un segundo que creo que fue eterno solo la miré, sin reaccionar. —Me puedes dar un pitillo, por favor. Me he dejado el tabaco en casa y aquí en la cafetería no tienen. —Dijo despertándome de mi alelamiento. —Pues claro no faltaba más. —Le di el cigarrillo y también fuego. —¿Vienes bastante a menudo por aquí, verdad? Te he visto en alguna ocasión antes. —Si, lo cierto es que me he hecho un habitual últimamente, estoy de vacaciones y he decidido pasarlas aquí en la ciudad en lugar de irme fuera y la única manera de paliar este bochorno que tenemos es venirse a la piscina. —Es cierto, yo también he decidido pasar las vacaciones en casa, para dos semanas que tengo este verano no merece la pena. ¿Trabajas por aquí? Porque no me parece que seas un estudiante. —Jajaja, no, no soy un estudiante, aunque hace nada que he dejado de serlo, trabajo en una sucursal del Banco XXXX. —Aja, yo trabajo como correctora en la editorial XXXX, por cierto me llamo Lucía que no nos hemos presentado. —Me estrecho su mano. —Encantado Lucía, me llamo Jesús. —¿Me lo parecía a mí o había algo de química entre nosotros dos? Quizás son imaginaciones mías y tan solo pretende ser amable. —Encantada. ¿Y ...
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