Anita prefiere una verga negra - Relatos Eróticos

Anita prefiere una verga negra

... calentura pasaba por la enorme verga del negro y nada más.Ricardo se puso pálido; no dijo ni una palabra, pero enseguida apareció en escena Ana y entonces le recriminó que me hubiera dejado cogerla por el culo. Ella no le contestó, apenas lo miró, parecía hipnotizada por la presencia del negro.Se le acercó moviéndose muy sensualmente y le tomó una de sus enormes manos, metiéndosela por debajo del vestido negro. Ana gimió al notar que algún grueso dedo había entrado entre sus delicados labios vaginales. Luego guió a su nuevo amante hasta nuestra habitación y cerró la puerta con llave.Ricardo me miró atónito: “Qué le pasa a esta putita… se volvió loca de golpe?”.Estallé en una carcajada y le ofrecí un vaso de whisky. En ese preciso momento un gemido ahogado de Anita detrás de la puerta cerrada nos indicó que el negro no estaba perdiendo el tiempo. Durante quince minutos se oyeron solamente los chirridos de la cama y los jadeos de mi esposa, mezclados con algún aullido agudo o gritos suplicando desesperada para que la cogiera más duro todavía.Ricardo estaba desesperado por entrar a mirar, no le alcanzaba con el goce auditivo.En un momento la puerta se abrió y apareció mi mujercita, bañada en sudor, muy despeinada, el maquillaje corrido, restos de semen en los labios, arañazos en la cola y más semen deslizándose entre sus torneadas piernas. Solamente vestía las medias negras y los tacones altos. Se encerró en el baño sin decir palabra.El mecánico y yo subimos a la ...

... habitación, donde encontramos al negro yaciendo boca arriba en la cama, las manos cruzadas detrás de la nuca y su increíble verga oscura bien endurecida y apuntando hacia el cielorraso.Ricardo se acercó a él y hablaron en voz muy baja en inglés. Luego regresó al comedor con una expresión de disgusto y ya no se movió de allí.Anita salió otra vez impecable del baño. Venía desnuda, pero bien peinada y el maquillaje ahora impecable. Se me endureció la verga cuando pasó junto a mí, rozando a propósito mi cuerpo. Le acaricié la cola desnuda…“Tu amigo hoy está castigado por James”, me dijo refiriéndose al negro.“Hoy solamente me va a coger él y nadie más, quiero que estés presente para que veas cómo lo hace”. Mi pija terminó de ponerse dura con sus últimas palabras. Cerró la puerta detrás de mí y me hizo sentar en una silla al costado de la cama.Se dirigió caminando felinamente hacia el negro, que la recibió metiéndole directamente un par de dedos entre los labios vaginales.“Are you ready, bitch?”. Le preguntó a mi mujercita, que comenzó a temblar sin poder quitarle los ojos de encima al gigante. Ana asintió y subió a la cama, poniéndose a cuatro patas. Me miró directamente a los ojos, mientras James se acomodaba entre sus piernas abiertas. Tomó un tubo de gel lubricante, que esparció a la entrada del ano de mi delicada mujercita. Luego se embadurnó también la gruesa cabeza de su enorme serpiente negra. Yo no podía creer que semejante verga iba a sodomizar a mi delicada esposa, la iba a ...