La casualidad
Fecha: 30/09/2018,
Categorías:
Incesto
Fantasías Eróticas
Autor: afranlecuesta1, Fuente: CuentoRelatos
Todo fue de casualidad. La experiencia que viví con mi hermana fue mágica. Si no hubiese entrado aquel día al cuarto de baño tal vez no hubiese sucedido lo que trataré de contar a continuación. La historia que voy a intentar narrar fue algo que ni en mis más húmedos sueños podría llegar a vivir, bueno en mis sueños tal vez, pero cumplirlos eso no lo veía, antes me hubiese tocado la lotería que llegar a vivir mi relación con mi hermana. Yo soy un tipo bastante normal, nada de cachas con piel morena tostada por el sol, es más, soy todo lo contrario, no soporto el sol ni el calor y eso que vivimos a pie de playa en una pequeña urbanización de chalets adosados y lo de los ligues a lo mejor salía algo, pero mejor no hablar de ello. Y mi hermana es una chica, yo la veía del montón, pero desde nuestros encuentros para mi casi es una diosa. No pongo nombres para que cada lector si quiere pueda intentar recrearlo en su mente. Éramos jóvenes y creo que por aquella época ella tenía 18 años y yo 19. Ella estaba estudiando y yo comencé a trabajar por las tardes y mis padres trabajaban los dos. Fue a finales de primavera que ya apretaba el calor y fue un sábado que mis padres salieron temprano a echar el día con unos amigos. Mis padres dicen que ya somos mayorcitos para apañarnos solos y que ellos trabajan duro y que si los fines de semana les encarta de irse por ahí y tener su espacio a ellos les viene bien y a nosotros dos también. Bueno que me enrollo y la presentación se va a comer más ...
... tiempo que la historia. Mi hermana aprovechó la mañana para comprarse un par de biquinis y algo de ropa para el verano, luego comimos y yo me fui a mi cuarto a entretenerme con el ordenador y a leer un rato, la puerta de mi cuarto estaba abierta y justo enfrente está el baño. Mi hermana entró con los biquinis para probárselos, pero no cerró la puerta del todo. Al poco tiempo empiezo a escuchar unos pequeños grititos como de dolor y me levanto para ver qué pasaba, sé que a mi hermana la visión de la sangre no le gusta y pensé que al retirar las etiquetas se cortaría un dedo, así que cuando entro en el baño me encuentro a mi hermana sentada en la taza del wáter, con las piernas abiertas intentando afeitarse su monte de venus, que estaba algo alborotado, con unas cuchillas. Yo me quedé allí de pie y mi hermana se dio cuenta de mi presencia y me miró. A mí lo único que se me ocurrió fue decirle que así se haría daño, que esa zona es muy sensible, que lo mejor es mojarla primero con agua un poco caliente y cortar con cuidado primero con unas tijeras y luego utilizar una espuma de afeitar y la cuchilla para ya rasurar la zona. Ella me dijo que vale que le parecía bien y yo me disponía a dar la vuelta para irme cuando me giré y le propuse que si quería que le ayudara. Ella se lo pensó un momento y me dijo que de acuerdo y que tuviese cuidado. Rápidamente busqué todo lo necesario, toallas, agua caliente, las tijeras mi cuchilla de afeitar etc. Y cuando lo tuve todo listo y a mano me ...