Acabame donde quieras que soy barata
Fecha: 30/09/2018,
Categorías:
Voyerismo
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... tomar toda tu lechita! El tipo le acabó en la boca como si se sacara de encima una gran carga de angustias, y se vistió entre agitado, jadeante y agradecido para continuar ofreciendo su mercadería a los vecinos. Yo estaba sorprendida por lo que mis ojos registraban, pero aún así la llamé para que me ayude a pelar papas para el almuerzo. Habíamos pensado en preparar milanesas con puré. Logré convencerla, y mientras me confesaba que tenía la bombacha re mojada de tanto calentar al viejo, nos reíamos de nuevo. Yo le daba mi punto de vista respecto de lo bien que se le veía la pija para su edad al vendedor, y volvimos a citar al guacho del pasto. En eso el timbre hizo su aparición nuevamente. Esta vez eran los soderos. Ella en persona los atendió. Encima vinieron los dos de siempre! Uno es el chofer, que es el más entrado en años y en panza, y el otro es el que reparte y cobra, que es el más pendejo. La muy aprovechadora les hizo bajar dos bidones de 20 litros de agua, 6 sodas, 4 jugos concentrados y una gaseosa limonada. Cuando llegó el tiempo de pagar le dijo con una voz de pobresita que no le alcanzaba para el total de los productos. Entonces, el gordo tomó la indirecta más absurda del mundo, pero efectiva al verla vestida así. Le dijo: ¡bueno mamita, pero si vos me recibís así, yo te quiero comer toda!, y Martina los hizo entrar. See los re chapó entre besos y manoseos contra la puerta de la calle, les apretaba el ganso y se sacó el corpiño para que le chupen las gomas. No ...
... saben cómo gemía mi hermanita, y cómo me bajaban mis propios jugos por las piernas, los que mi tanguita torpe no lograba detener! Quería pajearme adelante de todos, o sumarme a semejante banquete. Pero tenía que respetar sin impaciencias la voluntad de Martina. El pibe no pudo con su genio y consiguió que mi hermana le meta la mano adentro del calzoncillo para que lo pajee, mientras él la instaba con dulzura: ¡pajeame chiquita, apretala toda, así mami, más fuerte, tocame toda la pija, qué turrita que sos! Entonces mi hermana tomó la decisión más lógica de todas. Se lo llevó al sillón para sentarlo, se bajó el pantalonsito, se le subió encima para dar saltitos y re contra fregarle la concha en la pija, la que ya tenía al descubierto y empalada, ella aún con la bombachita puesta, mientras el gordo se le pegaba como una mosca para toquetearla. Su vocecita le pronunciaba: ¡me la vas a meter toda guacho?, te copa cogerte a una putita con tu amiguito?, me vas a dar toda la lechita?! Los oídos del gordo no soportaron tamaña actitud de guerra, y le sacó el short directamente para pegarle con él, mientras la piba gritaba escandalizada dando a entender que su pija ya se había hecho parte de los adentros de su conchita sedienta. Desde entonces empezó a saltarle encima, golpeando sus piernas con su cola, abriendo la boca para que sus gemidos fluyan perturbados, toda clavadita en esa pija que, no sé cómo no se le quebraba de tanto que mi hermana se lo cogía. El pibe le fregaba toda la barba ...