1. Un bollito relleno de leche


    Fecha: 07/10/2018, Categorías: Control mental, Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... orden y posteriormente se la envié a Cris a través de la línea mental del teléfono hasta su subsconciente. Al día siguiente me dispuse a esperar la llegada de la chica. Sobre media mañana abrió la puerta. Al verla el corazón me dió un brinco. Tras los saludos de rigor Cristina comenzó a buscar algo que al parecer había olvidado en su mesa. -No debí dormir bien anoche, tengo un sueño...- dije en voz alta. Enseguida la chica dejó de buscar en el cajón y se quedó quieta. Me situé con temor detrás de ella y le pregunté al oido. -Cris tienes novio...?- -Si, se llama Fran...- respondió con una voz pausada. -¿Cuánto hace que le conoces...?- volví a preguntar. -Desde hace 1 mes...- -¿Y...?- no me atrevía a formularle la pregunta, aunque finalmente accedí sabiendo que tras salir de ese estado ella no recordaría nada. -¿Y ya has follado con él...?.- -Bueno, todavía no he dejado que lo haga, aunque nos hacemos algunas veces pajas...- -¿De que color llevas hoy las braguitas...?- -Rosa pálido...- -¿Eres virgen...?- -No...- -¿Con quién perdiste el virgo...?- -Con un chico del instituto llamado Iván...- Aquella conversación estaba resultando tan cachonda para mi que puse toda la carne en el asador y me lancé de cabeza. -Vamos al almacén...- le ordené. Bajamos al cuarto y tras cerrar con pestillo por dentro comencé a magrearla. Recorrí su espalda, sus senos y su culo. Cuando me cansé de manosearla le ordené que se quitase la ropa. Se quedó sólo en sujetador y braguitas. Le besé cada rincón ...
    ... de su cuerpo y cuando quise le desabroché el sostén. Ante mis ojos aparecieron las tetas más bonitas que jamás he visto. Le chupé los pezones y las aureolas recreándome en ellas. Pasaba de un pecho al otro con lasciva agonía como si aquello se pudiese terminar. Metí la mano bajo el elástico de sus bragas hasta sentir los rizos de su coño entre mis dedos. Con lentitud se las bajé hasta tener su pelambrera a la altura de mi cara. Con la lengua le recorrí una y mil veces su raja hasta notar los jugos que la impregnaban. Le ordené que me la meneara. La chica se colocó frente a mí y comenzó a desabrocharme el pantalón. Cuando mi verga saltó como un resorte la cogió con delicadeza y comenzó a menearla con rítmico movimiento. Mis manos se apoderaron de su almeja y le metí un dedo hasta el nudillo. Entre el calor de su coño y el gusto que me estaba proporcionando casi me corro, por lo que le ordené que parase. La chica dejó al momento mi rabo. Cuando noté que la calentura disminuía le dije que me la chupase. Volvió a agacharse y se metió mi rabo en al boca. Como chupaba la niña. Apenas un minuto bastó para que casi estallase, así que le dije que se detuviera, pues quería otro objetivo para mi leche que el suelo del almacén. -Túmbate en la mesa...- le ordené. La chica se tumbó sin decir nada. Le chupé el coño con agonía mientras retorcía sus pezones. Cuando noté una humedad en su agujero me puse de pié, le restregué la cabezota de mi polla por la entrada de su almeja y lentamente se la ...