1. Claudia, mi cuñada


    Fecha: 10/10/2018, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... dudar, por no entender, o no querer entender, a donde me llevaba todo aquello. Tímidamente comencé a tocar los pechos de mi cuñada; a untar la crema y expandirla. Puede ver cómo se le excitaban los pezones. Yo misma me sentía muy excitada por todo aquello.Claudia me miraba como siempre, con picardía. Cuando acabé, me preguntó si quería crema. –Sí, mujer. En eso quedamos. En que nos echaríamos crema solar para no quemarnos.- Le conteste. Claudia se echó un buen pegote de crema en la mano y se disponía a untármela.- ¿Me la vas a echar tú? Puedo echármela yo- Le dije, intentando luchar contra sus intenciones. -¡Ah, no!- Me contestó teatralmente. –La crema es mía y la echo yo.- Claudia me untó crema en la espalda, en los brazos, en las manos. Me sentía deliciosamente mimada por los masajes y caricias de mi cuñada.Luego en los pies, en las pantorrillas, en las nalgas, que había azotado media hora antes. Me untó crema en los muslos, por fuera y por dentro, haciendo llegar el canto del pulgar hasta mi mismo sexo. Luego se puso a darme crema en los hombros. Mi cuñada hace top-less. A mi Juan no le gusta que yo lo haga, por eso, cuando Claudia, después de darme crema en la cara, me fue a bajar los tirantes del bañador, protesté y tiré del tirante con violencia hacia arriba. Claudia me miró pensativa. -¿Por qué no quieres que te de crema en los senos? Son muy delicados- -Es que ahí no voy a tomar el sol- Le contesté categórica. -Claro que lo vas a tomar- Me dijo igual de categórica.- ...
    ... Comenzó a untarme crema en los hombros de nuevo y deslizó la mano hacia mis pechos, sin sobrepasar el bañador.Su mano derrumbaba todas las murallas de mi conciencia, y antes de que me diera cuenta me bajó el tirante de nuevo. Sentí la brisa de la playa y el calor sobre mi piel. No me podía negar. -Bueno, te dejo que me eches crema pero no me voy a poner a hacer top-less. Juan se enfadaría mucho.- Claudia me había bajado ya los dos tirantes y me untaba los pechos de crema con las dos manos. Jugaba con mis pechos como un novio adolescente. –Vale, Sara. No vas a tomar el sol en top-less… más de diez minutos, pero serán los diez minutos que yo quiera.- Y fueron diez largos minutos. Habíamos pasado como una hora corta en la playa cuando se acercaron por la orilla unos chicos, jóvenes. Claudia me habló con dulzura y determinación. –Ahora, cuñada. Ahora vas a hacer top-less- -¿Delante de los chicos?- Le dije asustada y avergonzada. -Sí- En España, el top-less está permitido en cualquier playa, pero algunos ambientes son más tradicionales que otros. Bajé los tirantes del bañador y con ellos, la parte de arriba, hasta el ombligo. Aquellos chicos ralentizaron su marcha. Se pusieron a mirarnos a las dos, pero sobre todo a mí, porque mis pechos son más grandes, mi piel más clara. Podía oír sus sucios comentarios sobre nosotras. Sus fantasías delirantes. Uno de los chicos incluso se acercó a darnos coba. Preguntó si teníamos fuego.Claudia le dijo que no, pero se puso a charlar con ellos, ...
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