1. Una nueva vida con mis hijas


    Fecha: 16/10/2018, Categorías: Incesto Dominación Autor: Fantasyworld, Fuente: CuentoRelatos

    ... dentro de tu coño de golpe y voy a empujar hacia arriba hasta llegar a tu cérvix. ¿Qué dices? - le digo llevándola suavemente del brazo al lado de la mesa. Se le escapa un gemido con una cara a mitad de camino entre la sorpresa y la excitación. Me mira y asiente. Yo sonrío y arremango mi camisa por encima de los codos con parsimonia mirándola fijamente. El rostro de la mujer es ya un poema de excitación. Su hijo aún sentado en la mesa se toca la bragueta con disimulo. Compruebo el entorno y la posición de mis hijas. Es aceptable. Me agacho y en un rápido movimiento subo mi mano por el interior de sus muslos hasta la vagina. Me encuentro un charco. Está tan dilatado que no tengo que separar los labios. Mi mano desaparece como si nada dentro de ella. Fue tan sencillo que no me lo creía. Empujé hacia arriba y rápidamente mi antebrazo desapareció. La camisa alrededor de mi codo frenó mi empuje. Aun así empujé un poco más. ¡Todavía podría meterme más adentro! ¡Uffff! Saque el brazo de un tirón. Y me levante. Una pátina de viscosos mocos cubría mi mano y mi antebrazo hasta el codo. - Querida. No lo creía posible, pero tú también puedes albergar mi pene. Tienes un coño de vaca enorme - le digo besándola cariñosamente en la mejilla. - Me ha encantado Joe. Que se te ocurra hacer esto en un sitio lleno de gente me ha puesto como una moto - me dice con el rostro congestionado de placer. - ¿Si? ¿Pues como premio ahora le vas a dar a mis hijas unas cucharaditas de postre mientras ...
    ... charlamos - le digo tomando un vaso vacío de la mesa. Nos sentamos y con la otra mano voy recogiendo rápidamente la espesa pátina de blanquecinos jugos de mi brazo y mano, para ir soltándolos en el vacío vaso. Todos me miraban absortos. Al cabo de un minuto casi todos los cuajos estaban en el vaso. - ¿Me ayudas a acabar de llenarlo querida? - le digo a Lily ofreciéndole una cuchara. Mordiéndose un labio de excitación va recogiendo sus propios jugos con la cuchara y echándolos en el vaso. Como es habitual en estos sitios la maniobra pasa desapercibida. Nadie nos presta atención. Por fin todos los mocos están en el vaso. - Ahora tu premio querida. Reparte los jugos de tu coño entre quien tu quieras - le digo poniendo el vaso delante de ella. Ella revuelve la cuchara dentro del vaso lleno en sus tres cuartas partes de una ambarina gelatina. Luego recoge una abundante cucharada y me mira. - La primera creo que va a ser para el más cerdo de esta mesa - dice acercando la cuchara a mi boca. Me trago la cucharada. Está casi frio, pero el sabor a hembra es desbordante. ¡Que cerda! - Gracias Lily, delicioso - le digo cortés. - ¡Un placer cochino! - me dice excitada. Veo como Danny mueve la mano bajo la mesa. Se acaricia la bragueta sin quitar ojo. Yo mismo tengo un buen bulto en la entrepierna. Lily empieza a repartir cucharadas y las chicas las reciben sacando la lengua obscenamente. Me doy cuenta que no se lo tragan. Con cada nueva cucharada la ofrecida lengua está más blanquecina. Casi ...