Manuela (15)
Fecha: 19/10/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... consiguen mi eyaculación medio dentro medio fuera de su sexo y sobre su culo y espalda. En pleno silencioso reposo me sobresalta el pitido del teléfono móvil, mi comunicante confirma que pasarán unos días antes de que pueda celebrarse la entrevista y tras quedar en hablar un día y hora concretos no dejo de felicitarme por la suerte que me acompaña constantemente con las mujeres. Mariana prepara otras copas y poco a poco entablamos una conversación que nos permite un mutuo conocimiento o quizás habría que decir descubrimiento; evidentemente es una mujer culta, educada, amable y tremendamente atractiva como persona. La charla se ha alargado en el tiempo y el frío de la noche nos obliga a taparnos con una manta. Juntos en el sofá, abrazados y poco a poco excitados por el contacto de un cuerpo nuevo desconocido ("practico poco y estoy necesitada; vamos, que estoy salida") y las caricias que nos prodigamos, cada vez más audaces, largas y provocativas, consigo una tremenda erección que se ve favorecida por el olor a sexo húmedo, caliente y necesitado que despide Mariana. La mujer se ha subido sobre mi polla ("¡qué bien!, me gusta mucho; ¡me gusta!") y la aprieta, como si tuviera una mano masturbadora dentro de su empapado coño, durante un buen rato hasta que empieza a subir y bajar cada vez más rápido intentando que yo llegue lo más lejos posible en su interior. Creo que nunca me habían apretado tanto el rabo con un chocho, ¡es como si me estuviera ordeñando!. Busco ayudar agarrado ...
... a sus recias caderas apretándola hacia abajo con fuerza al compás de su ritmo y chupando sus tetas altas, picudas, de pezones hinchados rodeados de una gran areola oscura ("muérdemelos un poquito, aprieta mi culo; no te cortes, haz lo que te guste"); come mi boca con desesperación y apenas puedo decirle que me queda muy poco, lo que sirve para que se levante rápidamente ("¡no te vayas dentro!; no tomo nada") y arrodillada en el suelo empiece a mamarme el rabo con un sonoro chup-chup hasta que me corro, saca la polla de su boca, la dirige hacia su cara y consigue que impregne de leche su rostro, cuello y tetas. Se pone de piés y con una de sus manos extiende mi semen por sus pechos como si se estuviera dando un masaje o una crema y con la otra se masturba el clítoris con rapidez, con la boca abierta y la mirada perdida. Logra un largo orgasmo en pocos minutos (termina diciendo de nuevo: "ay mamá, ay mamá") y se derrumba en el sofá junto a mí, quedando los dos dormidos rapidamente. Será por efecto del frío o el cansancio o el nerviosismo previo a un trabajo importante pero duermo mal, inquieto, intranquilo; sueño mucho pero apenas recuerdo nada salvo a Manuela insultándome porque no logro empalmarme. De repente me calma una voz suave y relajante al mismo tiempo que entre sueños me parece sentir una boca amable jugando con mi rabo tieso y duro. Ya empieza a haber luz, despierto y es verdad que la boca de Mariana me está haciendo una lenta y suave mamada que tras un rato levanta ...