Moni
Fecha: 11/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... contoneando sus caderas a través de un pareo. Me agarré la polla con las dos manos y comencé a pajearme a toda velocidad y con fuerza imaginando que la penetraba a cada sacudida-Al poco con lo caliente que estaba mi pene escupió su leche que llegó literalmente hasta el techo de lo caliente que me había puesto. Lo limpié como pude , acabé de ducharme y me vestí de playa, sólo que mientras lo hacía ella entró en el baño. Yo también quería verte en albornoz... jaja.-dijo Yo ya estaba en bañador, la cogí, la acerqué hasta mí y le di un beso en la mejilla. Ella tardó en retirar su mejilla y cuando lo hice hubiese jurado que por un instante sus labios intentaron rozar los míos. Ya preparados nos llevamos todo el equipo, paramos en un quiosco a coger una revista de cotilleos y otra de crucigramas, y nos subimos al coche rumbo al destino que ella fijase. ¿Y bien?, tú dirás... Nos subimos en mi coche pero era ella la que conducía pues quería que el destino fuese una sorpresa y a fe mía que consiguió sorprenderme, pues me llevó desde Gijón hasta una playa entre Quintueles y Villaviciosa, a unos 20 kilómetros. La sorpresa no radicaba en la distancia sino en que era una pequeña playa (más bien una minúscula cala) salvaje de la que le habían hablado, de muy difícil acceso y a la que casi nadie solía acudir. Lejos de extrañarme la idea me entusiasmó, pues en el fondo siempre he sido un empedernido romántico al que le encanta la idea de una playa tropical desierta, con palmeras y con una ...
... mujer muy cariñosa. Dejamos el coche y cogimos todo el equipo, comenzando a caminar, pues aún nos quedaba un buen cuarto de hora hasta nuestro recóndito destino. He de reconocer que Mónica iba espléndida (aunque a mí siempre me lo parece, pero creo que estaríais de acuerdo conmigo) con sus vaqueros recortados casi hasta el nacimiento de sus nalgas y con una camisa roja sin mangas anudada casi justo bajo sus senos. Su deliciosa melena suelta ondeaba al viento reflejando por momentos los rayos del sol. No sé cómo podía seguir la conversación pues no dejaba de pensar en lo deseable que me parecía y aún recordaba las escenas de su cuerpo desnudo en su casa apenas una hora antes. De repente como si leyese mis pensamientos se detuvo. Hace calor- dijo llevándose la mano a la frente y secándose parte de las gotas de sudor que allí se habían formado.- Quitémonos ya las camisetas y así nos vamos poniendo morenos. Perfecto- respondí, pues a ambos nos gustaba la playa para luego lucir el bronceado. Me despojé de mi camiseta mientras ella me observaba. Tienes las axilas depiladas- exclamó. Sí, ya te lo había dicho. Me lo recomendó Sandra porque su novio se las depilaba y a ella le encantaba, y lo cierto es que es mucho más higiénico, pues casi no sudas y es más estético, ¿no?-le dije. Lo cierto es que me gusta- comentó mientras se quitaba su camisa roja. Cada vez la deseaba más. Su piel aún estaba muy blanca y contrastaba con su bikini rojo y triangular, que por cierto era bastante pequeño, ...