1. Moni


    Fecha: 11/10/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mirando a los ojos. Yo había observado la caída de la tela roja hasta la arena y ahora subía mi mirada desde sus pies hasta su cabeza como si pudiese acariciarla con la vista. Ante mí tenía una diosa de marfil y no quería romper el hechizo. En esos momentos recordé los típicos cuadros clásicos del nacimiento de Afrodita y no cabía duda de que ante mí se encontraba una manifestación de la diosa. La cogí por la cintura, la atraje hacia mí como queriendo tapar su desnudez; no ofreció resistencia, la besé y esta vez nuestras lenguas se encontraron al tiempo que noté como su respiración se volvía entrecortada y cómo se le endurecían sus pezones contra mi pecho. Estoy seguro que del mismo modo ella notó como mi polla crecía contra ella y se ponía dura como el bronce. Se separó de mí, me cogió de la mano me guió hasta la zona apartada de la que me había hablado (lo de apartada es un decir pues tan sólo eran unas rocas al fondo de la playa que se elevaban lo suficiente para taparnos a la vista de los demás. Mientras caminábamos miré hacia la playa pensando en las otras personas que allí había y en qué pensarían y lo cierto es que seguían como antes, es más hubiese jurado que ni tan siquiera habían reparado en nosotros. Tan sólo la pareja que antes se besaba miraba hacia nosotros pero en breve cambiaron la mirada y siguieron a sus cosas. Mónica estaba extendiendo las toallas en el sitio que había escogido y yo la ayudaba ¿Has enmudecido?- me preguntó. Lo siento, es que sólo tengo ...
    ... ojos para ti-le dije. Vamos no seas tonto, que habrás visto a muchas mujeres desnudas A algunas, sí, pero a ninguna la deseaba tanto como a ti- le dije. Eso se lo dices a todas. De todos modos olvídate porque tan sólo somos dos buenos amigos que se han venido a tomar el sol a la playa, así que no te hagas ilusiones- me dijo acercándose a mí. Yo estaba de espaldas a la gente que estaba más allá, y ella se arrodilló. Venga, quítate esto ahora que así sólo te verán el culo- dijo mientras me bajaba el bañador liberando a mi polla de su prisión y dejándola totalmente empalmada saludando hacia su cara. Me miró y sonriendo dijo: en el fondo me encanta que te empalmes por mí, me hace sentirme deseada, porque esto ¿es por mí, no?... por cierto tenías razón, te empalmas en una playa nudista. Nos tiramos en la toalla y comenzamos a hablar y ella me contó que en San Juan de Alicante había estado varias veces en una playa nudista, y luego habló de esas vacaciones y estuvimos un buen rato hablando con esa complicidad que siempre nos ha unido. Los dos estábamos tumbados de lado mirando el uno hacia el otro y mientras charlábamos yo me entretenía acariciando suavemente su piel con mis dedos como tantas veces había hecho en otras ocasiones, y si bien ahora estábamos desnudos puede que fuera más inocente que entonces, ya que ambos conocíamos nuestras almas a la perfección y ahora por fin desnudos totalmente el uno frente al otro, habíamos llegado a la máxima compenetración. Tras un rato, ella se ...
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