1. Moni


    Fecha: 11/10/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cintura al ver que me ponía rojo como un tomate y miraba nerviosamente hacia la gente que estaba en al otra zona de la playa. Me daba la impresión de que todas las miradas iban a converger en mí. Habría unos quince metros desde las toallas hasta el mar, y cuando faltaban unos siete para llegar Mónica me soltó y corrió hacia el agua. Totalmente desnudo, plenamente consciente de mi desnudez y totalmente empalmado hice lo único que me pareció razonable, correr tras ella en busca de la protección del mar. Mientras corría notaba una brisilla contra mi cuerpo desnudo y he de decir que era realmente placentera, me sentía libre; llegué al agua y me zambullí tras Mónica. Afortunadamente cuando me levanté el agua me cubría hasta el pecho. De repente los brazos de Mónica se asieron a mi cuello y sus piernas se enlazaron conmigo por encima de mis caderas; podía sentir sus senos endurecidos por las frescas aguas marinas contra mi pecho, así como su coño bajo mi ombligo. No ha sido tan terrible, ¿verdad?- me preguntó. Esta vez fui yo quien la apretó con fuerza contra mi cuerpo y hundí mi lengua en su boca como si me fuera la vida en ello, y lo cierto es que me vi correspondido con idéntica pasión. Pero esta vez fui yo quien la apartó. El agua está deliciosa- dije sumergiéndome y buceando bajo el agua. Lo cierto es que la sensación de libertad era absoluta. Salí a la superficie, tomé aire y volví a sumergirme disfrutando de aquella sensación. De pronto rocé la arena con mi polla, y un ...
    ... agradable escalofrío me recorrió. Tal era mi relajación que mis huevos casi sueltan su leche, pero me contuve, pues tenía otros planes para mi polla y sus jugos. Miré hacia Mónica y me sonrió burlonamente pegándose a mí y besándome de nuevo. El tiempo de las palabras había pasado, todo podía ocurrir. Se metió bajo el agua sujetándose a mis nalgas y para mi gran satisfacción se metió mi polla en su boca y estuvo jugueteando con ella un buen rato. El mar estaba como un plato y estaba seguro que a la distancia que estábamos de la gente nadie podía saber si estábamos jugueteando o haciendo algo más fuerte, aunque lo cierto es que a esas alturas ya me importaba un bledo, pues si a Mónica no le importaba y ella me había llevado allí, por qué tendría yo que poner pegas. Tras un buen rato Mónica subió a coger aire y la besé apasionadamente. Le prodigué mil caricias por todo su cuerpo, besé apasionadamente su cuello, y sus tetas; mis manos masajeaban todo su cuerpo subiendo desde sus nalgas por toda su espalda hasta su cuello y sus pechos, volviendo a bajar a sus nalgas y separándolas con fuerza, mientras ella arqueaba su cuerpo contra mí. Me fui hacia unas rocas cercanas y allí ya no nos veía nadie. Ahora le devolví los favores prestados bajando hasta su coño, chupándolo con fruición y metiendo mi lengua en él. Probé sus dulces jugos embriagándome en ellos. Subí a tomar aire, pero lejos de desatenderla la dejé flotando boca arriba y me situé entre sus piernas; mis manos se aferraban a sus ...
«12...8910...13»