1. Hermanita fogosa


    Fecha: 26/10/2018, Categorías: Incesto Autor: Ricardo Diaz, Fuente: CuentoRelatos

    ... gusto aumentó el ritmo de sus movimientos y los fue acelerando en tanto decía calladamente "más, más, más" y me besaba el cuello, dejándome manchas rojas en el mismo. Pronto sus grititos cambiaron a "rico, m’hijito, rico, yaaaa" y terminó intensamente mientras se apretaba a mí, hundiendo sus uñas en mis costados mientras gritaba "que rico, m’hijito, qué riiiiicooo" Los grititos de mi hermana me excitaron a tal punto que no pude contenerme y sentí que el torrente de vida que había en mi interior pugnaba por salir y derramarse en su interior, cosa que sucedió cuando se apagaban los quejidos de gozo de Claudia. Me hundí en ella con todo mi cuerpo y acabé mientras mi rostro se perdía entre los senos de mi hermanita entre suspiros de "ya, m’hijita, ya, ahi va. Riiiicooo. Yaaaaa" Y ahí quedamos ambos, fundidos en un abrazo, sudorosos y agotados, pero expectantes por lo que ahora vendría, cuando debiéramos mirarnos a los ojos una vez pasado el momento de lujuria e incesto. No soporté la espera y me levanté para mirar a mi hermana a los ojos. "¿qué me dices?", dije esperando una escena de llanto que disfrazara el momento de debilidad de mi hermana, pero, para mi sorpresa, ella respondió: "estuvo exquisito, ¿no crees?". "¿no estas arrepentida?" "no, para nada. Al contrario" "eres rica, me hiciste gozar como loco" "tu también. Tienes un instrumento exquisito" "¿te gustó mi verga?" "me gustó desde que te vi masturbándote" "¿me viste?" "si. Desde ese momento supe que debíamos hacerlo" ...
    ... "entonces, ¿te estabas masturbando pensando en mí?" "si y no" "¿como?" "tenía que llamar tu atención hacia donde yo estaba y lograr que te excitaras. Por eso me estaba masajeando mi cosita, para que me vieras y te calentaras" "¡bandida!" "pero dio resultado, ¿no?" Y diciendo esto último, mi hermanita se aferró a mi instrumento y empezó a masajearlo, moviendo el cuerito lentamente de adelante hacia atrás, con una destreza que denotaba su experiencia en estas lides. Con su mano libre tomó mis bolas, que acarició suavemente, llevándome a un nivel de excitación increíble. Cuando mi verga alcanzó dimensiones respetables, me hizo sentarme a su lado y se inclinó para llevarla a su boca, la que la tragó completamente, moviendo sus labios en toda la extensión de mi barra, para terminar chupando acompasadamente hasta lograr su objetivo. Mi esperma salió disparada y la inundó completamente, pero ella se apresuró a tragar todo lo posible de mis líquidos, hasta dejar mi herramienta completamente limpia. Cuando logré recuperarme algo, abrí las piernas de Claudia y me situé entre ellas hasta alcanzar su gruta de amor, que empecé a besar suavemente, para ir intensificando el ritmo de mis caricias, hasta introducir mi lengua en busca de su clítoris, que alcancé justo cuando mi hermanita estiraba sus piernas, elevaba su cuerpo y me llenaba la cara con sus jugos vaginales, en medio de suspiros. La vagina de mi hermanita aún goteaba su precioso líquido cuando nuevamente me subí sobre ella y le ...