1. La madre de mi amiga me azotó su padre me penetró


    Fecha: 16/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos

    ... dije sincera, acababa de correrme y estaba jadeando. Laura me llamó la atención: — ¡Cómo que "llévatelo chica " Margarita, más educación, porque Érika no sea española no hay que tratarla con desdén, hubiera estado mejor: Muchas gracias Érika, pero no me apetece, lléveselo. Como castigo Érika te dará un azote en el culo. Érika soltó la bandeja en el suelo y con la mano derecha muy abierta, me dio un azote en el culo que ríete tú de los de la abuela, ¡lo dio con ganas la muy chula! Después Laura sacó de la caja de madera un consolador de dos penes de color negro. Laura se introdujo la polla de goma más pequeña en la vagina, y entregó un pequeño mando a distancia a Érika y le dijo a esta: — Érika, pulsa a ver si funciona. Al pulsar Érika, el pene grande que colgaba del coño de la señora, comenzó a vibrar en el aire con el sonido de una motosierra… dijo Laura: — ¡para, para!, que se me sale del agujero Érika, ¡va bien!, vamos a usarlo, Margarita. Detrás de mí, la madre de mi amiga, me agarró por las caderas y Érica, como mamporrera, dirigió el aparato grande y negro hasta aplastarlo contra mis empapados labios menores. Ya la punta dentro de mi chocho, la señora me clavo las uñas en los cachetes y, de una sola embestida, me clavo "el invento" hasta la boca de mi útero. Estaba frío, pero me llenaba toda, Laura, sedienta de mí, comenzó a darme topetazos continuos que me hicieron gritar de placer. El pene de goma arrastraba todo mi coño adentro y afuera, ¡labios menores y labios ...
    ... mayores!, como si mi sexo fuera un rompeolas. Le dijo a Érika: — Érika, no te cortes, cuando te apetezca pulsa el mando; solo se acciona el pene grande, el de Margarita, así que disfruta haciendo saltar a la blanquita pelirroja. Beatriz se acercó, se bajó las bragas y se comenzó a masturbar junto a nosotras con una mano, con la otra empezó a acariciar mi culo, ¡Cuánto la deseaba!, mis cachetes temblaban al sentir el suave roce de sus dedos, dedos que su madre aplastaba con los muslos y con el vello de su coño, al darme a mi arremetidas con la polla negra de goma. Beatriz me enseñaba, en esa postura junto a mí, como se masturbaba su negro coño frente a mis ojos, desee chuparlo, pero no me lo ofreció. Erika, frente a mí, me apunto con el mando a distancia y mi cuerpo comenzó a vibrar por dentro, ¡que motor tendría eso!… mi vientre me dolía de cómo vibraba y mi vagina comenzó a convulsionar con orgasmos breves y continuos. Paraba y reanudaba la marcha a su antojo, la muy sinvergüenza me estaba corriendo "a distancia". Laura me dijo al oído muy bajito: —Margarita, a veces, cuando yo lo decido, mi marido "termina" con mis sumisas follándoselas, sin que lo sepa mi hija. Entra en la casa, como si te fueras a duchar; sube las escaleras y en la puerta que te encuentras de frente, entra, que mi marido te estará esperando y te follara, ¿sigues obedeciéndome verdad? — Por supuesto Laura, nunca había sentido algo así. — Bien, trátalo con cariño, zorrita preciosa, eres tan sensual que me ...
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