1. DE EXCURSIÓN EN EL CAMPISMO POPULAR


    Fecha: 05/12/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... pinga, se la metía en la boca para chuparla suavemente, y se la iba metiendo poco a poco hasta que no podía más, lo que me daba un placer increíble, pero siempre evitando el que yo me viniera para que pudiera darle más tiempo por donde más le gustaba, su insaciable culito. A los dos nos encantaba colocarnos él boca abajo con una de sus piernas recogidas, de manera que una rodilla quedaba lo más separada del cuerpo que podía, de forma que sus nalgas quedaban bien altas. Ya en esa posición, yo le iba pasando la tranca hacia arriba y hacia abajo por su raja, deteniéndome un poquito en su huequito, metiéndole nada más un pedacito de la cabeza, pero sin penetrarlo mucho y volvía de nuevo a pasarle mi miembro por su raja, lo que hacía que se fuera desesperando por ese juego diabólico, hasta que no podía más y echando sus brazos hacia atrás y levantando aún más sus apetecibles nalgas cuando le tenía la pinga presentada en su culito, me daba un tirón para que se la metiera hasta que mi pelvis tocaba sus nalgas y entonces comenzábamos un frenético mete y saca; él se las arreglaba para en esa posición agarrarse su también más que dura picha y se hacía una paja mientras yo terminaba aquel delicioso palo viniéndome dentro de él. Nos quedábamos siempre en esa posición hasta que la pinga se me ablandaba, pero una vez nos quedamos dormidos los dos esperando que mi pinga perdiera su turgencia, cosa que no ocurrió en ese caso. Me desperté en la madrugada y aún estaba acostado sobre él y mi ...
    ... tranca estaba más dura que nunca, por lo que comencé de nuevo a templármelo como si en eso me fuera la vida. Él se despertó con mi mete y saca y comenzó también a moverse desesperadamente, hasta que entre quejidos de ambos, nos vinimos casi al unísono, y entonces si se me pasó la dureza de mi miembro casi que en segundos. Se la saqué y nos fuimos a lavar al baño. Nos acostamos los dos en la misma litera y comentando lo que había pasado, nos quedamos dormidos hasta que la luz del sol penetrando en nuestra cabañita, nos despertó. Decidimos que en los baños de playa no haríamos nada, no fuera a ser que alguien se diera cuenta de lo que hacíamos, así que después de reposar el almuerzo, volvíamos a templar antes de salir a los baños de por la tarde, y por el agotamiento de tanto singar, no teníamos ningún ánimo de volver a jugar de forma violenta con los otros muchachos y nos pasábamos la mayor parte del tiempo conversando con los grupos que no participaban de los juegos. Pero como nada en esta vida es eterna, se terminaron los días en la playa y con ellos aquellas “templetas” sin fin. Cuando llegué a mi casa mi mamá se sorprendió por lo flaco que estaba, y le dije que era que me pasaba casi todo el día metido en el agua y que a veces ni salía para almorzar, por lo que me gané una enorme reprimenda, pero jamás le pasó por la cabeza que mi flaqueza se debía a los larguísimos contactos sexuales que había tenido a lo largo de esa semana. Con Juanito tuve en esos días y antes de que ...
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