1. El cuñadito


    Fecha: 20/10/2017, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... hermana ronroneaba de placer. Se ve que ser puto en mi familia es casi genético. Así comencé y así seguí. A veces Mario me dice que soy "Isa sin concha" por lo dominante que soy en la cama. Isabel a los 20 se convirtió en la "Sra. de Tal", pero no duró mucho. Mario no. Los dos hermanos siguen viviendo juntos. Si me los sigo cogiendo?, Si, pero eso no viene al caso. Vamos ahora de vuelta a mi cuñado. Yo tengo 28, Sonia, mi hermana menor, 20. La verdad, está refuerte, y si no fuera mi hermana, hace rato que le hubiera acabado entre las tetas, pero mis hermanas y mi vieja son sagradas. Su novio, David, tiene 21. Un chico lindo, de cuerpo velludo, no más de 1. 70, bien formado, de sonrisa franca y trato agradable. Desde que Sonia comenzó a salir con David, siempre tuvimos buena onda y compartimos muchas salidas juntos y largas cenas en casa o fuera con sobremesas interminables conversando de temas de pareja, de la vida, de política, de dinero, de todo. David viene de una familia con un padre conflictivo y a pesar de que sólo le llevo 7 años, siempre hubo entre nosotros una relación con rasgos paternales. Yo venía intentando desde hacía varios meses la monogamia, reprimiendo con gran esfuerzo mi mitad gay (hay primo!, cuánto hace que no nos venís a visitar!), y con esa carga interior, de pronto me descubrí mirando a David con otros ojos, dejé de verlo como una persona asexuada, como uno ve a un hermano o a un amigo, y de a poco me fui dando cuenta que David estaba bueno, que ...
    ... tenía unos labios bellos y gruesos, dignos de Isa, un cuerpo como a mi me gusta, delgado pero no escuálido y sobre todo nada marcado por el gym y, por lo que se podía adivinar a través de los pantalones amplios que suele usar, un culito sabroso. Revivió en mí el cazador, pero debía manejarme con cuidado, porque mi hermana estaba en el medio y no quería hacerle pasar un mal momento. Había que tantear delicadamente para detectar esos indicios que todos los putos conocemos, pero que a veces fallan, que nos hacen saber si la presa es cazable, o sea si es puto en actividad o si está dispuesto a dejar de reprimirse y probar. Comencé a provocar situaciones donde quedábamos los dos solos para conversar sin mujeres, fui llevando esas conversaciones hacia el sexo, del sexo al sexo anal y, siempre de manera muy lógica y muy hilvanada al sexo gay. David se entusiasmaba mucho en estas charlas, ¿a qué macho no le gusta hablar de sexo, y más cuando la charla roza las fronteras de lo tabú? Yo no perdía oportunidad para acariciarme el bulto mirándolo a los ojos y luego bajar la vista al suyo. David rechazaba de plano la homosexualidad, con palabras como "qué asco cogerse a un tipo" y caras arrugadas como si estuviera oliendo mierda. Pero no era el primer macho que conocía que sentía "asco" por los putos y terminaba después comiéndose mi verga como putita. Yo suavemente seguía mis razonamientos. Le entré con esto: -Decime, si te vendan los ojos, te ponen boca arriba en una cama y te comienzan a ...
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