1. Noche de bodas muy deseada (primera parte)


    Fecha: 03/02/2019, Categorías: Hetero Autor: Dita Delapluma, Fuente: CuentoRelatos

    ... -También te voy devolviendo los que tenías aquí… - dijo cómo disculpa – No los he usado para… bueno, para hacer cochinadas, sólo los quería para dormir con ellos… huelen tanto a ti, que así era un poco como tenerte conmigo, y no te echo tanto de menos por las noches… cuando se les gastaba el olor, te los volvía a llevar, y cogía el que estuvieras usando en ese momento para volver a tener tu olor cuando duermo… No estaba enfadada porque me cogiese ropa, pero aún en caso de haberlo estado, hubiera sido imposible seguirlo estando tras oírle decir aquello… ¿cómo podía nadie ser tan adorable….? Me lancé a su cuello y le cubrí de besos… y de nuevo, necesitó hielo. Intenté convencerle de que aquello era una tontería, ya habíamos aguantado casi tres meses, ¿porqué esperar dos semanas más? Ya habíamos sufrido suficiente… pero de nuevo se negó. Precisamente porque habíamos llegado hasta aquí, teníamos que aguantar hasta el final… hasta nuestra Noche de Bodas. -Verás cuando lleguemos al hotel, y te pase en brazos por la puerta, y la cerremos, y estemos aislados del mundo… Un maravilloso fin de semana para nosotros solos, sin trabajo, sin teléfono… solos tú y yo… y una suite nupcial… si tuvieras que llegar a un banquete maravilloso, ¿preferirías llegar con hambre, o con la tripa llena…? Se le iluminaban los ojos pensando en aquello… pero lo cierto es que yo no veía la hora de tenerle entre mis piernas… cada día le deseaba más. Los sueños eróticos, cada vez más explícitos, eran una ...
    ... constante, y las fantasías que inundaban mi mente eran cada vez más salvajes… yo misma estaba empezando a asustarme cuando imaginaba que lo ataba a la cama con cinturones y lo amordazaba con bolas porosas y lo torturaba sexualmente… a veces, imaginaba depilarle con cera, otras, hacerle cosquillas con plumas (tiene la piel muy sensible) y verle retorcerse… oh, sí, aquello de tenerle a mi merced, la idea de hacerle sufrir un poco, me encantaba, me excitaba muchísimo… con frecuencia me masturbaba pensando en aquello, pensando en cómo me suplicaría que parase, en cómo me imploraría piedad… haah… sí, quería que lo hiciera, quería que me suplicara… Oli también empezó a notar ése cambio; yo ya no me lanzaba a besarle los labios, sino que atacaba directamente su cuello, más sensible en el aspecto sexual y que lo traicionaba siempre, produciéndole una erección casi instantánea. En un intento de defenderse, empezó a utilizar jerseys de cuello alto, a pesar de que estábamos en Abril y los días eran cada vez más cálidos. Conforme se acercaba la fecha, creía mi exacerbación, estaba convencida de que no aguantaría la semana escasa que quedaba, estaba dispuesta a violar a Oli si hacía falta… empecé a fantasear con echarle Viagra, o algún estimulante poderoso en el Nesquick, y si no me hubiera dado tanto miedo la posibilidad de matarle de un infarto, lo hubiera hecho… cada vez que venía a comer a mi casa, sazonaba todo con pimienta, canela, clavo y todos los supuestos afrodisíacos naturales que ...
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