1. La abuela no quiere dormir sola


    Fecha: 15/02/2019, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Fredy Gomez, Fuente: CuentoRelatos

    ... pesar que mi abuela es pequeña y delgada, yo soy bastante grande. De todas formas, yo ya estaba muy confiado. Intuía que mi abuela lo sabía y lo disfrutaba, aunque de todas formas me quedaba alguna duda. Mejor ser precavido. De todas formas en esa cama tan pequeña desde el principio quedamos prácticamente en “cucharita”, así que, de entrada había adelantado mucho trabajo. Espere a que mi abuela se durmiera, respirara lento y empezara a roncar suavemente y procedí a hacer todo lo que ya sabía, nuevamente mi abuela NO tenía el calzón, empecé a masturbarla y rápidamente se humedeció. La empecé a masturbar con el pene y luego empecé a penetrarla, mi abuela parecía plácidamente dormida, pero no había dado más de dos o tres bombeadas, cuando mi abuelo tocio en la otra habitación, mi abuela, me dio un par de golpecitos en mi nalga con su mano y me dijo: “Espere mijo, voy a ver que su abuelo esté bien, y ya seguimos…” Se levantó, se bajó la bata y fue a ver a mi abuelo. Yo quedé frio, la viejita se dio cuenta todo el tiempo de lo que le hacía y yo pensando que estaba dormida. ¡Mi cabeza estaba a mil!, no sabía que pensar. Después de un par de minutos, mi abuela regresó y me dijo: “Mijo, y ¿Usted no cree que cuando se está por fuera de la casa, se debe guardar algo para cuando regrese?” Yo le dije: “Abuela, no se ...
    ... preocupe que siempre tengo algo para mi casa” Me dijo: “Bueno mijo, Usted sabrá, mientras no tenga problemas, para mi mejor”, se levantó la bata, se acostó de espaldas a mí, acomodó la cola contra mi paquete, metió su mano entre sus piernas, tomó mi pene lo puso en la entrada de su vagina y me dijo: “y… ¿en que estábamos?” La penetré inmediatamente, con fuerza. Fue una noche espectacular, a pesar que no podíamos hacer mucho ruido, se hizo mucho, además de todo lo anterior, la bese apasionadamente, le chupe los senos, le mame esos pezones ricos, bajé, metí mi lengua por toda su vagina, mi lengua jugó con su clítoris, lo disfrutó mucho, la puse a mamar (no lo hace muy bien, creo que no tiene mucha experiencia), intenté metérselo por la cola, pero no me lo permitió, aunque me dijo que en otra ocasión lo intentaríamos, logré claramente que ella llegara tres veces y yo me eché dos polvos muy buenos, dormimos abrazados y nos tiramos uno más en la mañana antes de levantarnos. Fue una noche maravillosa. El desayuno estuvo riquísimo, y al partir, mi abuela me dijo que no me olvidara de ella, que sabía que siempre sería bienvenido en su casa, en su cama y en su vagina. Desde ese día la llamo un par de veces cada semana. Pienso a menudo en esa cola que será mía y no veo el día de regresar a visitar nuevamente a mis abuelos… 
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