1. Amor por los perritos callejeros


    Fecha: 23/03/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... negro, con ese gran pene que tienes?", mis palabras solo hacían sentirme más puta, más perra, y él movía la cola, como sabiendo lo que pasaría. Me di la vuelta, bajé mi cabeza y levanté mi trasero lo mas que pude, dejando mis piernas abiertas, arqueando la espalda como lo hacía para excitar a mi novio, como sabía que lo volvía loco, quizás funcionaría con el perro. El negro empezó a lamerme, pero esta vez lamió mi ano también, lo cual se sentía de maravilla, empecé a masajear mi clítoris mientras el perro lamía mi ano, pero no era suficiente, aunque lo disfrutaba lo que quería era que me cogiera. "Métemela, ándale negrito, méteme tu verga, quiero tu verga, ya no me hagas esperar", le decía. Creo que el perro me entendió, porque se me subió y empezó con sus movimientos copulatorios; obviamente no atinaba a mi deseosa vagina, pero después de un par de minutos por fin logró ensartarme. Introdujo su miembro con una fuerza que nunca había sentido antes. Me bombeó con mucha rapidez, como si yo fuera una perra, tanta calentura me hizo venirme a los pocos segundos, me hizo gemir como loca, a pesar de que duró muy poco, solo unos 15 o 20 segundos, quedándose pegado a mi vagina, lo cual me sorprendió por un instante, pero recordé las veces que había visto perros pegados antes, supuse que así funcionaba la copulación para ellos, por lo que traté de relajarme y disfrutar de esa nueva sensación, de sentir mi vagina llena, mientras vaciaba su ...
    ... esperma dentro mío. El perro se quedó pegado a mí como 5 minutos, tras los cuales su enorme pene abandonó mi pequeña cavidad, expulsando una sorpresiva cantidad de leche, la cual recorrió mis muslos hasta manchar mis sábanas. Entonces pude ver su tremenda verga, era mucho más grande que la de todos mis novios, con una gran bola en la base (ahora sé que se llama "nudo"), me acerqué para ver más de cerca todo eso que me había metido el muy cabrón, no podía rodearla con mi mano y aun lanzaba chorritos de líquido transparente. "Wow, qué vergota te cargas!" le dije mientras me colocaba debajo de él, quería mamar ese gran pene, quería tratarlo como si fuera mi novio, de la misma manera en que me gusta dejar bien limpio el miembro de mi novio, empecé a mamar ese miembro canino. Olía y sabía raro, pero no me importaba, ya no podía yo caer mas bajo, era una perra, una puta sucia y me estaba gustando. Degusté ese gran miembro, como si le estuviera dando una mamada a mi novio el día de su cumpleaños. La introducía lo más posible hasta mi garganta y descubrí que dando lenguetazos justo en la punta de su verga soltaba sus chorritos con mas frecuencia un poco más de fuerza. Me estaba deleitando dándole placer con mi boca al perro. Poco a poco su pene se fue deshinchando, hasta quedar nuevamente en su funda. Lo acaricié un rato mas y lo dejé salir por la puerta, entonces recordé a mis otros tres héroes afuera de mi casa, pero esa será otra historia. 
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