1. La casa en la playa 7, 8 y 9


    Fecha: 15/06/2019, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... un polvo y lo único que consiguió fue venirse rápido en un culito cerrado. El polvo fue recibido por Eze con felicidad, para él era el gracias a su regalo y esa leche de su amigo la consideraba especial. Mati se la sacó despacito, enderezó a Ezequiel y lo besó en el cuello mientras lo rodeaba con los brazos. Eze se dio vuelta y lo abrazó fuerte, los ojos húmedos, le tomó la cara entre las manos, y lo besó delicadamente en los labios. Desde el baño se escuchaba el silbido de Jonathan que se estaba secando y apareció con la toalla enroscada en la cintura. Se sentía nuevo, con una sensación de bienestar general de los pies a la cabeza, por debajo del ombligo una relajación como nunca había sentido, estaba feliz, jovial. Era claro que la cogida feroz que le habían propinado a la noche no sólo le había dado vuelta la cabeza sino que lo había liberado de tensiones de una manera increíble. -Mmm, cochinos!, ya empezaron con su porquerías?, degeneraditos!, jajaaa-, no menos podía decir Jonathan cuando los vio aún abrazados, la pija brillante de manteca, y lo mismo la raya de Ezequiel. -Váyanse a bañar putos de mierda!!! Entraron de la mano al baño, el agua tibia corría por sus bellos cuerpos, se jabonaron mutuamente, primero el pecho, mirándose a los ojos, luego bajando a esos abdómenes que de sólo tocarlos excitaban, luego más abajo, a la pija, qué sensación tan particular tener en la mano la pija de un hombre!, acariciarla, pelarla para disfrutar de la vista viril del glande, bajar ...
    ... a los huevos, sopesarlos, imaginarlos llenos de leche, de dulce y deseado semen, el beso era casi una obligación, acariciarse mutuamente las pijas y no besarse sería un desprecio casi. Luego darse vuelta, y sentir las caricias cremosas en la espalda, sentir cómo la mano baja y llega a las nalgas, ya con eso el esfínter cosquillea, luego las caricias en las nalgas, mmmm, delicioso, sentir la mano abriendo los glúteos, mojando, y luego buscando descaradamente el agujerito, sentir ese dedo, esos dedos entrando y mojando el esfínter, girando en uno con la suavidad de la espuma, mientras unos labios mojados besan el cuello. Toda la ducha fue hermosa, antes del enjuague, Mati quiso probar la punta de Eze. Lo acomodó de espaldas a la pared y mientras el agua de la ducha le daba en la cara, fue empujando hacia atrás para clavarse la pija enjabonada. Con dolor se comió unos 10 cm, lo suficiente, para que su amigo rodeara su cuerpo con sus brazos lo besara y comenzara a decirle cosas dulces al oído, mientras él le acariciaba la cabeza. No se movían, no había mete y saca, sólo había comunicación entre dos, iniciada abajo, pero seguida desde el medio del pecho. No hubo orgasmo, se separaron cuando ya el agua comenzaba a enfriarse y eso los bajó a la tierra. Se secaron mutuamente y fueron a cambiarse al dormitorio. De nuevo en la cocina, se prendieron a la ronda de mate que había renovado Jonathan y organizaron el día. Había mucho por hacer, pero querían terminar sí o sí ese día, así el ...
«12...456...9»