1. Mi esposa y el hombre alquilado


    Fecha: 07/07/2019, Categorías: Confesiones Sexo con Maduras Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    ... apuntó hacia arriba, haciéndola verse más grande que nunca. Fernanda la siguió, caminando sobre sus rodillas, sin sacarla un solo segundo de su boca, tratando de retenerla con sus dientes, arrancando placenteros gemidos de Andy. El muchacho se inclinó y tomó a mi esposa de los costados, la volteó con facilidad y la levantó, haciendo que Fernanda quedara montada en su reata. Le salía por enfrente. Fernanda comenzó a frotar el erecto pito del cubano con sus húmedos labios vaginales al tiempo que rodeaba de nuevo su estómago con ambos brazos, sujetándola con firmeza. Durante unos segundos frotó su verga en el clítoris de mi esposa. Yo no perdía detalle. De un rápido y certero movimiento, se la metió en el culo, sorprendiéndola, arrancándole un leve gemido de sorpresa y dolor. “¡Te tengo preciosa!”, le dijo, y sin soltarla, comenzó a serpentear de nuevo a medida la penetraba más y más. Los pies de mi bella esposa estaban casi en el aire y la levantaba con cada vigoroso embate, hasta quedarse prácticamente inmóvil con ella completamente empalada por su vergota, escuchándose solo los gemidos de ambos. El empujaba y la levantaba. Apenas tocaban sus pies de nuevo la alfombra, y la volvía a levantar. Después de filmarlos, me senté de nuevo para masturbarme, por tercera vez. Andy tenía la clara intención de vaciarse en el culo de mi esposa, lo cual me fascinó. Andy comenzó a acelerar sus gemidos hasta que, en breves segundos, comenzó a eyacular dentro de Fernanda, llenándola con su ...
    ... caliente semen que ella sentía revolotear sus entrañas, mientras me miraba, agitada, complacida, con ambos pies en los tobillos del muchacho. Momentos después levantó un poco sus nalgas mientras Andy le retiraba la verga del culo. Mi esposa se arrodilló de nuevo frente a él, haciendo que algo de su semen le saliera por su semi-abierto orificio, cayendo sobre la alfombra a medida se le abrían las nalgas y se pedorreaba un poco, pero tratando de guardar algo dentro de ella. Fernanda se puso a lamer y mamar la verga del cubano, mordiendo suavemente su tronco mientras la tenía completamente metido en su boca, haciéndolo brincar con cada mordisco. “Nadie te la va a mamar como yo”, sentenció ella. “No me cabe la menor duda”, dijo el joven con agitadas palabras. Fernanda comenzó a frotar su glande en los pezones mientras besaba el pecho de Andy, me pidió que me acercara. Me arrodillé junto a ella y me besó con el sabor de su culo y verga. Nos entrelazamos en un ardiente beso, mientras Andy nos miraba hacia abajo, seguramente extasiado de ver su obra. Fernanda comenzó a gatear hacia la cama. Se arrodilló en el borde dejando medio cuerpo abajo. Me acerqué por detrás y comencé a besar y lamer sus nalgas, algo sudadas. Al abrirlas, se hacían hilos con el semen del cubano. “Límpiame como me gusta”, pidió. Metí mi dedo medio en su culo, con suma facilidad. Estaba vencido por Andy y lleno de su semen. Comencé desde arriba de su partida, llevando mi lengua por el caliente y sudado canal, hasta ...