Mi propio Padre me hizo Maricón! - Relatos Eróticos

Mi propio Padre me hizo Maricón!

... soy---
- ¡A partir de ahora lo eres! —Me interrumpió- Y te vas a dedicar a mamarme la verga y a ordeñarme los huevos siempre que quiera. Y también te voy a dar duro por el culo y a follarte como a una de mis putas, ¡¿entendido?!
- Pero… —Y me callé por unos segundos y luego continué- Sí, papá. La verdad es que quiero hacer todo eso… Si voy a ser un maricón, entonces seré tu maricón, papi.
- ¡Así me gusta, hijo! —Y me tomó de la cabeza y me la giró para que quedáramos cara a cara, y luego me besó en la boca.

Ese fue mi primer beso y fue increíble. Nos besamos con tal pasión, que yo terminé sobre su panza y con mis manos apretaba su enorme y peludo pecho; mientras él me estrujaba cada nalga con una de sus rudas manos, en lo que nuestras bocas y lenguas se conectaban frenéticamente y tragábamos la saliva del otro. Todo eso fue tan caliente y morboso que los dos estábamos erectos otra vez.

- Vaya, parece hijo que los dos estamos con parazón otra vez. —Me dijo al soltar mis labios y dejando un hilo de saliva conectando nuestros rostros.
- Parece que sí, papi. —Y le sonreí- En verdad que te encanta que yo sea un maricón.
- Lo supe desde que vi la forma en que me miraste los huevos.
- Los mismos huevos en los que me cargaste 16 años atrás…
Y terminando de pensar en esa morbosa imagen; yo agarré la enorme y erecta verga de mi padre y la dirigí a mi ano, sentándome en ella e introduciéndomela nuevamente. Esa vez no me dolió para nada, pues el macizo miembro de mi padre ...

... entró entero fácilmente; gracias a que todavía tenía gran cantidad de su leche en mi ano y recto, y ésta sirvió a modo de lubricante natural. Así que me senté en toda la verga de mi padre, completa hasta su velluda base y el pegue con sus poderosos huevos, en lo que los dos soltamos un suspiro de placer y comencé a cabalgar a mi padre como si él fuera un semental y papá por su parte me empujaba su pelvis hacia arriba, cada vez que yo le daba sentones; frotando mi propia verga contra su peluda panza en el proceso.

- ¡Joder hijo! ¡Tu culo es más delicioso que un puto coño! —Exclamó en jadeos.
- ¿Te gusta mi culo, papi? ¿Más que cuando follas a una de tus mujeres?
- ¡Sí, mil veces sí! Sigue así hijo y pronto tu papi te dará más de su leche por el culito.

Entonces lo cabalgué más rápido y con más brío, que una vez más me corrí sobre mi padre, sin siquiera tocarme; pero esa vez al ser la cuarta en esa tarde, apenas y lancé dos leves chorritos; en lo que mi papá por el contrario, me inundaba el culo con otra de sus sorprendentes corridas. Los dos quedamos exhaustos, que yo simplemente me desplomé sobre el peludo y sudado torso de mi padre y él me abrazó sin sacarme su verga del culo; aún seguía dentro de mí en lo que me dijo:

- Ahora hijo, ayúdame a pensar en cómo convencer a tu madre para que te mudes a vivir conmigo. Quiero poder follarte todos los días del resto de mi vida…

Y así fue como mi propio padre me hizo maricón, su maricón. Desde ese día sin duda que me ...