Mi propio Padre me hizo Maricón! - Relatos Eróticos

Mi propio Padre me hizo Maricón!

... cuantos chorros de su viscosa leche, le deslizaban por todo el tronco venoso y le llegaban hasta sus muy velludos huevos; entonces sin que me lo pidiera los junté con mi lengua, desde la base hasta la punta, y seguido volví a chuparle sus impresionantes y salados huevos.

Después me levanté y senté en el sofá a su lado, limpiándome con el dorso de la mano los restos de los jugos de su verga de mi boca y le dije:

- Tu también botaste mucha leche, papá… Casi me ahogas. —Y me reí tímidamente.
- Todo gracias a esa increíble mamada que me has dado hijo. —Respondió colocando su pesada mano sobre mi hombro- La verdad ha sido la mejor que me han dado.
- ¿De veras, papá? Yo la verdad nunca lo había hecho antes… —Y me rasqué la nuca en señal de desconcierto- No sé ni como pude hacerlo…
- Entonces es algo que te salió de manera natural.
- ¡¿Pero papá?! ¡No lo entiendo!
- Tranquilo, ya te dije que no lo pienses mucho.

Yo agaché la cabeza con cierta pena y en eso me di cuenta que en la peluda entrepierna de mi padre, su verga seguía igual de dura y firme que al inicio.

- ¡WOW! ¡¿Papá, todavía la tienes súper parada?!
- Lo sé hijo. Hacía muchos años que no me pasaba. —Me dijo en lo que la sujetaba con su otra mano y la sacudía como si fuera un enorme mazo de venas y carne con pelos.
- Quieres… ¿Quieres que te la vuelva a mamar…?
- Estaba pensando en otra cosa.
- ¿En qué papá?
- Hijo… Quiero metértela. —Me dijo muy serio y viéndome fijamente con lujuria.
- ¡¿QUEEEÉ?! ...

... ¡Pero papá, yo no soy---!
Y en eso papá puso uno de sus nudosos dedos sobre mis labios, para que así yo no siguiera hablando y entonces me dijo:

- Sólo date la vuelta y confía en tu padre.

Yo sólo pude asentir. No sé qué fue lo que me pasó en ese momento; pero lo cierto era que desde que todo comenzó no entendía nada de lo que estaba pasando entre mi padre y yo, o en lo que yo pensaba y sentía de todo eso. Todo fue tan bizarro. Yo nunca antes había sentido atracción por otro hombre; pero el ver a mi padre desnudo junto a mí, admirar lo increíblemente fornido y velludo que es, así como todo un macho, sentir su penetrante hedor masculino, y ver esa enorme verga erecta me causaba mucho morbo y un deseo que jamás pensé tener por otro hombre y mucho menos mi propio padre.

Pero como mencioné antes acepté; entonces me volteé dándole la espalda a mi papá y él me indicó que me pusiera de rodillas sobre el sofá y yo me apoyé con mis manos sobre la bracera. De esa manera mi culo quedó bien levantado y de frente a mi padre, en lo que sentí como papá con sus dos manos me separó las nalgas y descubrió mi ano.

- Vaya que si tienes peludo el culo, hijo. —Y pude sentir su respiración y aliento en la raja de mis nalgas, así como en mi ano- Nunca antes he chupado uno peludo, pero siempre hay una primera vez para todo.

No pude decir nada, yo estaba muy nervioso, que sentí como varias gotas de mi sudor salían de mis axilas y me escurrían por los bíceps y brazos. En eso experimenté ...