1. Mi alumno quería clases privadas


    Fecha: 20/05/2019, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Alex, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... mordiscos, lo que hacía que gimiera más. Bajé a su ombligo y también lo succioné. Seguí bajando hacia su pubis que estaba rasurado y me introduje su rico pene en mi boca, emanaba gran cantidad de pre cum, que era delicioso. Con mi mano derecha busqué su ojete, moví sus piernas hacia su pecho para que quedara expuesto ese lindo y rosadito botoncito, el cual comencé a lengüetear. Espera le dije. Date vuelta y ponte en cuatro, lo cual hizo. Su cabeza hundida en la almohada, su espalda arqueada y sus lindas nalgas apuntando hacia el techo
    Eran divinas como se veían, grandes, redondas y su ano rosadito y cerradito. Yo arrodillado enfrente de ese lindo culo, que estaba limpio por la reciente ducha, enterré mi cara entre sus nalgas y busqué su rosadito ano y comencé a besar, lamer, succionar y mordisquear, el solo gemía más fuerte y lo movía hacia atrás como pidiendo más. Así estuve varios minutos, sabía muy rico. Paré, me humedecí el dedo medio con saliva y lo introduje en ese lindo agujero. Estaba bien estrecho. Ayy, despacio por favor me duele un poco. 
    Sus gemidos aumentaban. Introduje otro dedo. Dio un respingo y un ligero Ayy, despacio me dijo, duele. No le hice caso. Sus gemidos aumentaban en intensidad, señal de que le estaba gustando. Introduje otro dedo y seguí dilatándolo, se movía de abajo hacia arriba como pidiendo más. Qué rico dijo, siga así por favor.
    Empecé un mete y saca despacio y no muy profundo. Introduje otro dedo y seguí con el mete y saca, Otro Ayy. Yo no ...
    ... escuché y seguí empujando hasta que mis dedos encontraron su próstata y comencé a darle un rico masaje en ese punto que se conoce como el punto “G” masculino y que produce sensaciones de placer indescriptibles. Él gemía más fuerte cada vez y se movía de adelante para atrás como pidiendo más. ¿te gusta le pregunté? Es riquísimo dijo. 
    Así estuve varios minutos saboreando ese lindo y rico ano, masajeando el punto “G” y mordisqueando sus nalgas. Paré después de varios minutos. 
    Te la voy a meter le dije ¿Cómo quieres que te la meta le pregunté? Como usted quiera dijo.
    Saqué mis dedos de su estrecho canal, me puse boca arriba, lo puse encima de mi y le dije siéntate en ella.
    Puso sus rodillas a cada lado de mi pecho. Se inclinó, Buscó en la mesa de noche un bote de crema, untó bastante en mi polla y se puso otro poco en su ano. Con su mano derecha agarró la punta de mi pene y la llevó hasta el centro de su ano y comenzó a descender. Sentí como mi glande dilató su esfínter externo y se escuchó un “plaff y un ay. La cabeza había entrado. Qué rico dijo y siguió bajando sus ricas y apretadas nalgas a lo largo de mi pene, hasta que tocaron mi vello púbico. Había entrado toda. Paró un momento, puso sus dos manos en mi pecho y después inició un sube y baja combinado con movimientos de adelante hacia atrás, cabalgando mi polla. Se inclinó hacia adelante buscando mi boca y nos fundimos en un salvaje beso. Sus gemidos aumentaban al igual que los míos. Estuvo cabalgándome por un rato, ...
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