1. El mozo del Hotel De Cancún


    Fecha: 24/05/2019, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Alex, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    EL MOZO DEL HOTEL EN CANCUN
    
    De cómo conquiste al chico hetero del hotel en Cancún. 
    Me describo: Sesentón, bi activo, 1.65m 135 libras, blanco, delgado.
    Habíamos quedado con mi hija y su familia (esposo y cuatro hijos) de reunirnos en Cancún para las vacaciones de primavera (Spring break) .
    Mi esposa está en silla de ruedas y por eso cuando viajamos siempre llevamos a una muchacha que la ayuda a vestirse y empujar la silla de ruedas. Eso significa que tenemos que viajar tres personas siempre, lo que a veces complica las cosas porque tengo que comprar tres pasajes de avión y no siempre los consigo. 
    Nosotros viajamos desde Centro América, mi hija desde USA.
    En esta ocasión, nosotros llegaríamos sábado y regresaríamos el siguiente sábado, pero por razones de espacio en el avión, no logré conseguir los tres boletos de regreso para los tres, por lo que mi esposa y la muchacha regresarían viernes y yo me quedaría solo en el hotel hasta el sábado, cosa que me agradó mucho, pues pensaba buscar compañía masculina para esa noche.
    Mi hija, por la misma razón no pudo conseguir los 6 boletos para el sábado, así que también tendría que regresar el viernes, lo que me dejaba solo en Cancún hasta el sábado con 4 habitaciones de hotel (dos mías y dos de mi hija) ya que habíamos comprado un paquete con RCI para 8 días.
    Mi hija llegó dos días antes y se hospedó en otro hotel hasta esperar el sábado en que ocuparíamos las dos suites en el hotel de RCI.
    Cuando llegamos al hotel había ...
    ... varios chicos jóvenes uniformados con ropa del hotel en la entrada, que se ocupan de recibir a los huéspedes, ayudarlos con las maletas y llevarlas hasta las habitaciones, pedir taxis, dar direcciones etc.
    Nos recibió un chico muy agradable, moreno, como de 1.70 m 150-160 libras, de unos 22 a 23 años con una gran sonrisa y muy agradable y cooperador. Lo que más me atrajo de él fue su gran trasero, que con el pantalón ajustado del uniforme del hotel parecía una segunda piel, se le veía firme, duro parado y apetecible. En seguida me atrajo y desee tocar aquel trasero que invitaba a ser tocado, acariciado, morder y penetrado.
    Pasaron los días, lo veía a diario en el lobby del hotel, a la entrada, cuando salíamos o cuando regresábamos de compras, cenas o excursiones. Siempre amable, sonriente y muy placentero.
    Me volvía loco ver ese gran trasero. El siempre me hablaba muy cortes y siempre con una gran sonrisa. Solo me imaginaba tenerlo en mis brazos y tocar y apretar esas nalgas divinas.
    Así pasaron los días, siempre lo mismo. Yo le sonreía muy provocativamente y le daba la mano sobando sus dedos, tratando de buscar una oportunidad de tocarlo sensualmente y el siempre sonriente, pero no daba muestras de ser “Gay”.
    Todas las noches me dormía pensando en ese trasero.
    Llegó el viernes cuando mi esposa tenía que tomar el taxi para el aeropuerto, lo mismo que mi hija y su familia. Yo me quedaría solo hasta el día siguiente.
    Salimos a la entrada del hotel, el mismo chico llamó el ...
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