1. Adictas al Embarazo 2


    Fecha: 22/10/2019, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Sombra, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... cordura que pudiera tener. Era como tener una comezón desesperante que necesitaba rascar, rascar con el interior de su madre. Embalsamar con sus fluidos, adormecer con su perfume de hembra fértil, y descargar esa quemante carga de ADN que tantas veces había entregado.
    
    Las acometidas eran intensas, rápidas, profundas, exasperantes. El roce de ambos sexos irradiaba olores propios de un afrodisíaco.
    
    Los movimientos rápidos comenzaban a mover el cuerpo de Clara, los plops y plas de las pieles chocando entre sí, los blorps de ambos jugos genitales salpicando y lubricando el amor físico de un hijo por su madre eran cada vez más audibles, más violentos. La resistencia de Leo estaba llegando a su límite. Su visión ya era borrosa y le faltaba el aliento.
    
    De pronto, un inconfundible grito lo detuvo en seco.
    
    -¡Qué estás haciendo, Leo!
    
    El susto fue enorme, tanto que lo llevó a terminar copiosamente de manera inesperada. La cantidad mermada por tanta actividad no fue obstáculo para que el placer avasallara al miedo de las consecuencias.
    
    -¡Deja de estar haciendo travesuras y regresa a hacer tu tarea!
    
    El sudor frío lo recorrió, así como una pequeña corriente eléctrica por toda su espina dorsal. Había quedado sobre ella, mirando a la almohada sólo sosteniéndose apenas para no aplastarla con su peso. Se incorporó un poco y la vio. Seguía dormida, su cuerpo perlado por el sudor de ambos la hacían ver más luminosa que de costumbre tras impactarse los rayos del sol sobre ...
    ... ella.
    
    La explicación más aceptable era que el fuerte ajetreo le había provocado a ella el que su mente se confundiera entre la acción real y la continuidad lógica del sueño en el que se encontraba.  
    
    Mareado por el esfuerzo, salió de su interior, se sentó al pie de la cama y con sus manos acarició los pies de su progenitora suave y cariñosamente, más como un acto para relajarse a sí mismo que como una forma de cariño, esto mientras que se recuperaba.
    
    Una vez repuesto, volvió a la rutina, con un paquete de toallitas húmedas limpió cada poro de su piel lo mejor que pudo, perfumó el cobertor con algo de aromatizante en spray y la volvió a vestir con las mismas prendas a su amadísima madre.
    
    La arropó bajo las sábanas y la dejó descansar con la puerta abierta para que el perfume sexual se diluyera al escapara al resto de la casa, a final de cuentas, el olor a sexo cada vez se hacía más natural al interior de ese hogar.
    
    Al llegar su abuela, Leo ya tenía la comida servida, serían las cinco de la tarde y la casa se encontraba impecable, no es que necesitara mucho arreglo, pero debía darle una vista aceptable para justificar el estado de su mami.
    
    -Hola abu, ¿cómo te fue?
    -Si no fuera esta la situación, te contestaría que perfectamente. Sin embargo, no fue así.
    -¿Y eso?
    -A pesar de que me pagaron, a pesar de que no tuve contratiempos en la secretaría, a pesar de que no tuve ningún problema y a pesar de toda la buena suerte que tuve al encontrar tantas ofertas en el ...
«1...345...8»