1. Cojiendo a la esposa de mi mejor amigo.


    Fecha: 23/11/2017, Categorías: Sexo Duro Autor: pancho31, Fuente: xHamster

    ... comentó.Al despedirnos, me abrazó y el beso fue en la comisura de mis labios. Pensé en tomarla y besarla, pero antes de hacer cualquier movimiento, ya se había bajado del auto. El segundo acto de este inicio, fue en casa de mi amigo. Ella se preparaba para salir y nosotros nos quedaríamos con su pequeño hijo (cada vez que lo hacia, mis celos subían. Bueno pues, en un momento, sin pensar, subí al baño del segundo piso… estaba la puerta abierta y ella en braguitas… una exquisita tanguita celeste. Sus glúteos hermosos y sus piernas firmes hicieron que mi mirada y mi rostro, se llenara de deseo, amor por tocarla y saborearla… puro sexo.Ella, de espaldas a mí, me miraba por el espejo. Comenzó a sonreír, con complicidad, de esas que te calientan más. Me acerqué y le dije: “Estás muy buena, se mire por donde se mire”. Soltó una carcajada y luego corrió a su cuarto y cerró la puerta.Recuerdo unas vacaciones que ambos matrimonios compartimos.Las coqueterías fueron cada vez de mayor osadía. No recuerdo fechas, tan solo momentos. Como aquel en que me levanté a mear y dejé la puerta entreabierta y luego de sentir una extraña sensación de sentirme observado, veo como me estaba mirando, al principio, con una mirada de extravío, para continuar con una leve sonrisa pícara y su rápida mirada a mi verga. Sus paseos en ropa interior o con pequeños pijamas, se hacían frecuentes, especialmente cuando Alicia no estaba.Cada vez conversábamos mas rato. Salíamos a comprar cosas para casa. Nos ...
    ... llamábamos más seguido, desde nuestros trabajos. Empezaron los e-mails. El chat también. El tema era la soledad en que estaba, a pesar de tener marido.Me acercaba a temas límites. Como cuando mencionaba su insatisfacción sexual. Que cada vez tenía menos sexo, con su pareja. La inducía a que se relajara, que jugara con su cuerpo, que se masturbara. Me decía que ya lo hacía desde los 15 años. ¿Cómo?, Le preguntaba. – Bueno, de varias formas. Algunas veces, me pongo un cojín entre las piernas, en otras, juego con objetos sobre mi clítoris, me tiro los pezones a más no poder. También, me divierto en la ducha, con mis dedos y el jabón, penetrándome. Son muchas maneras… ¿Cuál te gustó más? -Todas las anteriores-, le respondo, mientras nos reímos a carcajadas.En un email, me preguntó, si yo me pajeaba. Le dije que sí, pero los detalles se los contaba en vivo y en directo.De eso no pasó mucho tiempo, pues me lo preguntó varias veces. Le relaté: “Bueno… comienzo a pensar en cosas guarras, sin límites, sexo prohibido, con personas prohibidas, con imágenes que llegan a mi mente de recuerdos, pero las más excitantes son aquellas de cosas que quiero hacer y no he hecho. De toquetear a una compañera de trabajo. De pedirle a mi secretaria que se saque sus bragas y que se comience a tocar su coñito en la esquina de mi oficina, acercarme a su escritorio y que me abra la cremallera, saque mi polla y vea mi glande mojado, que lo comience a chupar, a saborear, que raspe sus dientes en mis testículos y ...
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