1. Primera ves mi cuñada y yo


    Fecha: 06/03/2018, Categorías: Incesto Autor: flowhot, Fuente: RelatosEróticos

    ... rayita vertical que apenas cubría. Esta vez estaba durmiendo boca arriba con sus senos erguidos y firmes, inmunes a la ley de Newton, y tenía el antebrazo izquierdo doblado, con su mano que le llegaba, por deleite mío y de mi pene, a la altura de la cara. Le dí el beso en la boca, liberé mi miembro y empecé a manosearle el pecho. Pero no me detuve demasiado. Mientras me tocaba con la derecha, dirigí la izquierda hacia su pubis. Comencé a rozar la tela negra y bajé lentamente. Sentí su vello mórbido que se salía a través de su tanga y cedía bajo la leve presión de mis dedos. Seguí bajando hasta su vulva. Entonces noté como la tela estaba húmeda y ligeramente pringosa. La miré en la cara: seguía durmiendo. Reparé en su pezón: estaban contraídos y erguidos, seguramente duros. Sin duda alguna estaba teniendo un sueño erótico, pensé. Frotaba su vagina que notaba mas mojada mientras me masturbaba. Pero de repente, quizá porque había apretado demasiado, Katy lanzó un contenido gemido, o tal vez un suspiro. La solté por miedo a que se despertara: se había movido, había movido su cara girándola hacia la izquierda, hacia su mano que descansaba a unos centímetros de su boca. Y no pude resistirme. Solamente un poco, me dije, sólo lo haré durante unos segundos. Me desplacé hacia la derecha situándome delante de su cara, separé las piernas y coloqué mi pene en su mano, cerrando los dedos como hice la vez anterior. Empecé a moverme. Ver mi miembro erecto que apuntaba a su cara, juntos al ...
    ... contacto de su mano, me hacían creer que mi cuñada me estuviese masturbando de verdad y a punto de hacerme una mamada. Cosa que me excitó muchísimo. Quise llevar mi excitación al límite. Me acerqué más a la cama y a ella y mi pene se acercó más a su cara: ahora, cada vez que empujaba hacía adelante, la cabeza roja y brillante de mi pene chocaba suavemente contra sus labios. Los rocé una, dos y tres veces. Mientras me acercaba por la cuarta vez sentí que estaba a punto de correrme. Pero esta vez no fui bastante rápido. Me corrí en el pañuelo, dejándolo empapado, pero una gota de mi semen había ido a parar en el carnoso labio superior de Katy, casi en la comisura de su boca. ¿Qué hacer? El pañuelo que había traído estaba para tirar y no tenía más conmigo. Me fui al lavabo para poder limpiar el resto de mi corrida de la boca de mi cuñada. Pero cuando volví, y sólo pasaron unos segundos, Katy se había movido otra vez. Ahora estaba con la cara mirando hacia el techo y, por mi desesperación, la gota de mi semen había desaparecido. Por favor que no se dé cuenta, me repetía y rezaba para que se hubiese limpiado con la mano, creía que una vez despierta se habría ya secado y sería más probable confundirlo con cualquier cosa. Fue entonces cuando vi a Katy empezar a hacer como uno ligero chupeteo con la boca. Entendí que acababa de limpiarse con la lengua o con su labio inferior. Esa idea me excitó y me dio pánico al mismo tiempo. Salí de la habitación por si la sensación provocada por mi ...
«12...456...10»