1. Armando...


    Fecha: 20/04/2018, Categorías: Gays Sexo con Maduras Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... acariciarlos. - ¿Te gustaría probar? - Sí... -respondí tras un instante de duda.En ese momento me miró fijamente unos instantes. Luego se puso de pie y me pidió permiso para usar el baño. Yo me quedé sentado a la mesa, pensando en lo que estaba pasando, sin saber si había hecho bien o mal en hablarle de aquella forma. Oí el sonido de sus orines cayendo en el inodoro y minutos después, escuché su voz que me llamaba.Me acerqué al baño y él se volvió hacia mí, teniendo su verga en la mano, al tiempo que la frotaba enérgicamente. Me quedé pasmado ante aquel espectáculo, y no pude menos que experimentar una corriente de excitación.- ¡Acercate! -ordenó el en un susurro, en tanto que yo lo miraba como embobado.Sonrió un momento y luego preguntó:- ¿Te gustaría tocarla?Aquellas palabras parecieron despertarme y me acerqué a él. Extendí mi mano y tímidamente toqué su erección, dura y caliente. Don Armando sonrió complacido. Mi cuerpo vibraba de deseo y mi nerviosismo seguía creciendo por segundos.- ¡Ven! -ordenó el con voz suave-. Frótalo.Mientras lo tocaba, vi con detenimiento su pene duro, de unos 20 cm de largo y unos 5 cm de grueso, macizo, surcado por venas azules y coronado por una cabezota oscura. - Creo que podré enseñarte una o dos cositas - dijo al tiempo que me tomaba de la mano con delicadeza, para ayudarme en la masturbación. Nunca había imaginado que aquello pudiera ser tan excepcional. Me sentí como en el paraíso y, atreviéndome, llevé mi mano hasta sus huevos. Allí ...
    ... estaba yo tocando aquel enormes pene, algo que sólo en sueños había considerado. Don Armando hizo lo propio conmigo y tocó mis pene con sus manos, extrayéndomelo del pantalón. El mío era mucho más pequeño, comparado con el suyo, pero parecía gustarle.La puerta lateral del baño, que comunicaba con la alcoba de mi madre, estaba abierta y, tras unos minutos, me llevó con él hasta la cama de mamá. Se bajó los pantalones y se quitó la camisa, tendiéndose desnudo en el lecho. Abrió las piernas, a manera de invitación, dejándome ver como aquel mástil se elevaba hacia el cielo. El vello cubría su pecho, su vientre y sus muslos. Ante aquello, el deseo me poseía más y más.Me invitó a desvestirme y lo hice, subiendo a la cama, sólo con los calcetines puestos. Nos abrazamos y comenzamos a acariciarnos. Aunque nunca había tenido una aventura sexual, mis manos recorrieron ávidas el cuerpo del hombre. Le acaricié ambos pezones, los chupé largamente. Tendido él boca arriba, fui recorriendo su cuerpo con mi boca, hasta llegar a aquel poste que se elevaba en su entrepierna.- Mámamelo -ordenó con suavidad.Titubeé un instante y luego me decidí y me introduje su pene en la boca y comencé a besarle, lamerle y chuparle con pasión la gran verga.El me acariciaba con sus manos el cuello, el pelo y las orejas. Yo en cambio solo quería lamer y chupar su enorme pene.Acostados en la cama, seguimos con los juegos de besos y caricias. No hablábamos ninguno de los dos. En uno de los recorridos de sus manos sobre ...