1. Armando...


    Fecha: 20/04/2018, Categorías: Gays Sexo con Maduras Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... mi cuerpo, advertí que sus dedos se habían detenido en mi ano. Entonces, por primera vez, sentí su mano tocando la entrada de mi cueva.Di un respingo y me susurró al oído que me metería un dedo dentro, a lo que yo accedí automáticamente, pese a sentir cierto temor. Con suavidad introdujo la cabeza de su índice y empezó un mete y saca rítmico que hacía que se estremeciera en la cama. Posó su otra mano en mi pene y, al mismo ritmo que me introducía ya dos dedos, empezó a masturbarme. A los dos minutos, entre jadeos y suspiros, no me pude contener más y tuve mi primera corrida.En cierta forma, me sentí decepcionado. Yo esperaba que aquello durara algo más. Sin embargo, tras un momento de descanso, el voilvió a masturbarme y poco a poco me fui excitando de nuevo.Yo volví a chuparle el pene y, tras un rato de mis caricias, el sintió la venida de su primer orgasmo. Tuvo varias convulsiones, lanzó gruesos chorros de esperma y, después de un largo gemido, quedo abatido en la cama. Me acerqué más y comenzamos a besarnos. Su boca se posaba sobre la mía, que se abrió, permitiéndole meter la lengua. Le correspondí, metiéndole la lengua hasta la garganta.Pasados unos minutos me tumbó de espaldas y me dijo que me enseñaría lo que era un verdadero acto sexual entre hombres. Suavemente me agarró el pene y comenzó a frotarlo con energía.Asiendo mis caderas con las manos, levantó mis piernas por encima de sus hombros Escupió en su glande y, con sus dedos, llevó saliva hasta mi culo. Comencé ...
    ... a decir algo, pero en ese instante él empujó su verga contra mi ano y las palabras quedaron en el olvido.Empezó a penetrarme, con lentitud y ternura. Esperaba dolor, pero me sentí desfallecer de placer, y con mi mano toqué su pene, para apreciar que una tercera parte estaba ya adentro de mí. La cabeza de su pene estaba totalmente adentro y seguía presionando. Comenzó a moverse con un ritmo delicioso. ¡Qué gusto más grande, Dios!Mientras me penetraba, comenzó a masturbarme con su mano. Trataba yo de prolongar el goce, pero comprendí que no iba a poder contenerme por mucho rato más. Don Armando continuaba moviéndose como un émbolo, cada vez más rápidamente y, tras unos minutos, logró tener toda su verga dentro de mí. A cada movimiento, su cara se estremecía de placer. Estaba gozando tanto como yo. Se retraía y se echaba sobre mí. Cada vez que se echaba y notaba su pene hasta el fondo de mi recto, el placer se multiplicaba. No quería que aquello acabara nunca.Hubiera deseado prolongar aquel placer, pero nada dura para siempre. Culminé otra vez. Eyaculé, manchándole el vientre. Aquello fue el placer más grande sentido en mi corta vida. El continuó, cada vez con más fuerza y rapidez, hasta que con un gruñido bestial, me llenó el culo con su leche.Después de desconectarnos, seguimos hablando y acariciándonos por un rato, hasta que el estuvo dispuesto a dar más guerra. Don Armando se echó de espaldas sobre la cama y me dijo que me montara en el. Me abrió de nalgas y pude sentir su ...