1. La reeducación de Areana (20)


    Fecha: 27/09/2017, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... entrada del edificio. Era Margarita, una muchacha de veinte años, palidez extrema y aspecto y vestuario curiosos, teniendo en cuenta su edad. “¡Veinte años y se peina con rodete!” –se asombró la asistente. “¡Y ese vestido que lleva!” Era un vestido gris, de manga larga, con cuello y abotonado atrás en todo su largo y el insólito atuendo se completaba con los zapatos negros abotinados que la joven calzaba -¿Señorita Milena? –preguntó tímidamente Margarita mientras jugaba nerviosa con la cartera negra que sostenía entre sus manos. -Sí, soy Milena y vos Margarita, claro. -La joven asintió con la cabeza y entonces Milena le indicó que la siguiera. En el ascensor observó detenidamente a la visitante, que parecía tener buenas formas disimuladas en parte por la amplitud del vestido. ¿Qué hacés de tu vida, Margui? –le preguntó. -Estudio abogacía y trabajo en un estudio jurídico. –fue la respuesta. -¿Estudiás en la UBA? -No, en la… en la Universidad Católica… -fue la respuesta que Milena percibió dicha en un tono extraño, como vergonzante. -¿Y vas vestida así a la facu? ¿Y con ese rodete? -Sí, claro. -¿Y tus compañeros qué dicen? -Y… algunos se ríen y viven burlándose… -admitió la chica con la cabeza gacha. Muy intrigada la condujo al living, donde las esclavas esperaban desnudas, en cuatro patas y con sus collares. La joven las miró y su primera reacción fue girar la cabeza, como si esa visión le disgustara. -¿Qué pasa, querida? –le preguntó Milena. –Vamos, podés confiar en mí, ...
    ... contame. La joven pareció durante un momento y finalmente dijo en voz baja: -Mis padres son evangelistas fanáticos de una moral asfixiante… ¡Mire cómo me obligan a vestirme y a peinarme! ¡Es ridículo! -Sí, una lástima, porque sos muy bonita, pero te ves espantosa con esa ropa. –dijo Milena a modo de estocada. Luego le rodeó los hombros con un brazo y al atraerla hacia ella advirtió que la joven se estremecía- Entonces le apoyó los labios en la oreja derecha y le susurró: -Me imagino que sos virgen, ¿cierto?... -Por favor… -rogó la pobre y entonces Milena la tomó de un brazo y resueltamente la llevó hasta el sofá. -Sentémonos y hablemos tranquilas, nena, aquí no estás ante evangelistas fanáticos. Nada que ver, acá somos putas, ¿te suena eso? La joven sintió que sus mejillas ardían mientras algo similar a una férrea cadena iba disolviéndose en su interior. En su confundida mente se vio saliendo de una jaula cuya puerta acababa de abrirse. Fue en ese momento que escuchó decir a Milena con tono autoritario: -Sacate ese vestido ridículo y esos zapatones horribles y soltate el pelo. -Me da vergüenza… -murmuró mientras sentía un fuerte deseo de obedecer. -Acá viniste a liberarte, Margui ¿o no? –la apuró Milena. -Sí… Es verdad… -Bueno, entonces hacé lo que te dije… -Es que… es que nunca… nunca estuve desnuda ante otra gente… -Ahora lo vas a estar. –dijo Milena y se dirigió a Eva y a Areana: -Ustedes, venga acá. Las esclavas se acercaron prestamente, desplazándose en cuatro patas. -Párense ...
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