1. La reeducación de Areana (20)


    Fecha: 27/09/2017, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... y desnúdenla. –les ordenó la asistente. -Sí, señorita Milena. –respondieron ambas casi a dúo. -Vos, parate. -le dijo Milena a Margarita, en cuyo rostro crispado se expresaba la diversidad de emociones que la conmovían. Sentía una vergüenza muy grande, culpa y mucho temor ante la inminencia de lo que venía, pero a la vez un cierto alivio porque la iban a desnudar por la fuerza, como si su voluntad no contara. -Por favor… me muero de vergüenza… -suplicó en vano mientras Milena la tomaba resueltamente de los brazos y la ponía de pie. -Es toda de ustedes, putas. –dijo y ambas esclavas se abocaron de inmediato a la tarea encomendada. Areana la despojó de los zapatos mientras su madre, a espaldas de la temblorosa chica, se aplicaba a desabrocharle los botones del vestido. -Aflojate y disfrutá, perrita… -le dijo Milena mientras comenzaba a deshacerle el rodete y la muchacha temblaba cada vez más. –Calmate, nena, calmate… Viniste a liberarte y te vas a liberar. -afirmó la asistente al par que Eva, una vez que hubo desabrochado todos los botones, deslizaba el vestido hasta el piso y, a una orden de Milena, la visitante daba un pasito hacia delante y luego otro para salir de ese círculo de tela gris en el que se había transformado la prenda que hasta poco antes la cubriera. Pudo verse entonces la ropa interior, la enorme bombacha de algodón blanca y el corpiño que, rígido y no menos grande, acorazaba los pechos. El rodete ya no existía gracias a los dedos hábiles de Milena y en cambio ...
    ... el pelo, a modo de una lluvia oscura, caía hasta la mitad de la espalda. La asistente río al ver qué clase de ropa interior que usaba la chica, impuesta, seguramente, por la moralina de sus padres. -Sacale ese corpiño espantoso, Eva, y vos, putita, ocupate de la bombacha. -Sí, señorita Milena. –dijo Eva. -Sí, señorita Milena. -coreó Areana y ambas cumplieron rápidamente la orden para encontrarse ante una magnífica desnudez que Margarita ocultaba en parte con un brazo cruzado sobre sus tetas y la mano derecha cubriendo la entrepierna. La pobrecita estaba agitada por un temblor hecho de miedo, de confusión y de ansiedad. Miraba al piso con las mejillas enrojecidas por la vergüenza y entonces no podía advertir que tanto Milena como Eva y Areana la devoraban con los ojos, presas las tres de una fuerte calentura, esa misma calentura que poco a poco la iba invadiendo también y comenzaba a humedecerla. Su mente era un torbellino, un caos de fuertes sensaciones y todos sus sentidos parecían vibrar con una sensibilidad extrema que clamaba por un disfrute prohibido desde siempre. Milena comandaba con maestría y perspicacia esa puesta en escena de alto voltaje erótico cuyo eje argumental era la iniciación sexual de Margarita. Se había dado cuenta de que para cumplir con el objetivo que la había traído al departamento, la joven necesitaba que se la obligara. Se ubico detrás de ella, le aferró la muñeca y con firmeza le fue bajando el brazo luego de vencer una tibia resistencia inicial. ...
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