1. El que me hizo mujer en todos los sentidos


    Fecha: 18/06/2018, Categorías: Incesto Autor: Zareth, Fuente: CuentoRelatos

    ... mientras conducía en el camino hacia tierra caliente. Cuando habíamos descendido por la carretera casi una hora comenzamos a sentir el cambio de temperatura y sin pensarlo dos veces me despojé del pantalón de mi sudadera, pues ya el calor era evidente. Tenía puesto debajo un short de hacer gimnasia que era bastante ancho, y como ropa interior una tanguita de color blanco que en realidad no cubría mayor cosa ya que se me metía entre los labios de mi vagina y mis nalgas, que son bien grandecitas por cierto, pues tengo 110 cmts de caderas. Nunca acepté usar ropa interior de gran tamaño y si mi madre usaba hilo dental todo el tiempo y andaba con su culo al aire, pues yo le hice saber que también tenía derecho a hacerlo. Para estirarme me quité las medias de hilo, y coloqué mis pies sobre el interior del parabrisas. Mi papá que observaba mis piernas largas, me dijo que era peligroso y que lo más conveniente sería que las pusiera encima de sus piernas pero sin moverme mucho, algo que acepté al instante. Al colocar mis pies encima de él, rocé su cosote por encima del pantalón y fingiendo quedarme dormida comencé a poner mi pie izquierdo justo en medio de sus piernas. A esa altura mi pobre padre se notaba agitado, y delicadamente tomo mi pie, lo acarició y lo estiró un poco para evitar el contacto con su verga, ya inquieta. Entonces me decidí a atacar y encogiendo mis piernas, las abrí calculando que la abertura del short, le permitiría a mi padre observar el espectáculo de mi ...
    ... sexo, aprisionado por la tanguita blanca. Al voltear a mirarme a ver si dormía, se encontró de frente con mis piernas largas abiertas de par en par, y la dulzura de mi sexo, a un metro de sus manos. Ahí fue Troya. Desde ese momento no pudo evitar extasiarse con lo que le brindaba su hijita. No sé si para evitar la tentación o porqué otra razón, mi papá decidió que nos estacionáramos un poco en un paradero de la carretera para tomar un café. Despertamos a mi mamá, pero ésta dijo que prefería seguir durmiendo. Yo aproveché para ir al baño y lo primero que hice al entrar al sanitario fue quitarme la tanga que ya estaba totalmente mojada con mi sudor y mi excitación. Regresamos al carro, tomamos la carretera y entonces volví a acomodarme con las piernas encogidas, recostada en puerta del carro y las abrí de nuevo que él pudiera observar mi sexo hinchado, mis labios anhelantes y los pocos vellitos que me quedaban en medio del culo, pues me daba miedo depilarme en esa zona. Milagrosamente no nos estrellamos, porque mi hombre estaba casi alelado, observándome cada minuto como toda una mujer y olvidando que era su hijita, mientras pasaban quien sabe cuántas cosas por su atormentada cabeza. En un momento que hizo el cambio de velocidad tocó mis pies con su mano derecha y soltando la barra empezó a acariciármelos suavemente, subiendo por mis pantorrillas, y devolviéndose hasta casi la rayita de mis nalgas, comprobando que éstas estaban sudorosas y melosas por todo lo que me bajaba de mi ...