1. La fiesta del cole


    Fecha: 15/07/2018, Categorías: Incesto Autor: historiasanonim, Fuente: RelatosEróticos

    ... en la toalla y me dirigí a mi habitación. Deslicé la puerta del armario y no tardé en localizar el vestido. Abrí el cajón de mi ropa interior y elegí un conjunto de sujetador y tanga blanco para que no se trasparentara con el vestido. Terminé de secarme bien y me vestí. Me maquillé ligeramente y resalté mis labios con un color rojo carmesí. Me miré en el espejo y por primera vez en mucho tiempo, me sentí una mujer atractiva. A pesar de mis 36 años y de haber tenido 2 niños, tengo unas tetas perfectas, no excesivamente grandes, pero suficientes para sostener una buena polla entre ellas, sin embargo, la parte de la que siempre he estado más orgullosa, ha sido de mi culo, redondito y respingón. En multitud de ocasiones he visto de reojo como los hombres se daban la vuelta al verme pasar. Estaba lista. -¡Niños coged vuestros trajes que nos vamos al cole! El colegio estaba a 10 minutos andando de casa. Llegamos a las 18,45h y la función comenzaba a las 19,00h. Los niños corrieron con sus compañeros y en ese momento me di cuenta de que me había olvidado la cámara en casa. Se me da bien la fotografía y había quedado con Noa en que yo me encargaría de hacer las fotos de las funciones de mis hijos y el suyo. Así que fui a casa corriendo, cogí la cámara y volví lo antes que pude. Habían comenzado las funciones de los más pequeños. El aula estaba abarrotada de abuelas y madres dando indicaciones a los niños que actuaban a continuación. Traté de localizar a Noa y Alfredo, pero entre la ...
    ... multitud me resultaba imposible. Busqué una zona en la parte trasera, prácticamente pegada a la pared, desde donde se veía bien el escenario. Miré a derecha e izquierda y en una esquina localicé una pequeña silla, la acerqué a mi sitio con la intención de subirme en ella para tomar alguna foto con mejor perspectiva. Comenzó la función de mi hijo el menor. Saqué mi cámara y empecé a disparar, de vez en cuando me subía a la silla olvidándome de mi corto vestido blanco. Cuando me di cuenta, miré alrededor y me tranquilicé al ver que no había nadie tras de mí, nadie me había visto, o eso pensaba yo. Me bajé de la silla y continué con mi sesión de fotos, totalmente centrada en la actuación de mi hijo. Alguien debió pasar tras de mí, porque sin querer rozó mi culo respingón. No le di importancia, pero a los pocos segundos volví a notar que algo rozaba mi culo. - ¿Alguien está aprovechando esta multitud para rozarse contra mí? Pensé. No quería montar el espectáculo, por lo que di un pasito hacia adelante, arrimándome más a la fila de delante. Creí que con eso desistiría, pero estaba equivocada. La persona que estaba tras de mí se pegó completamente a mí, podía notar su paquete en mi culo. No había duda, era un hombre. El vestido era muy fino y yo notaba como la polla de aquel desconocido iba creciendo y poniéndose cada vez más dura. Intenté volverme, pero suavemente me agarró de la cintura y del brazo y no me dejó. El roce de su mano en mi cintura extrañamente hizo que me relajara. ...
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