1. Cogiendo con mi ahijada


    Fecha: 20/07/2018, Categorías: Incesto Anal Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... a casa, parecía que el alcohol la había hecho dormir. Llegamos al guarda coches y le hablé pero no respondió. Por un momento pensé que simulaba que dormitaba, pero en realidad si dormía. Fui a su lado y me dispuse a ayudarla, y finalmente la tuve que llevar cargada hasta el segundo nivel donde está su habitación. Recuerdo llevaba este vestido con estampados de flores, un vestido que le marcaba simétricamente su esbelto y bonito cuerpo. Cuando la levante y la puse sobre mi hombro, tuve la oportunidad por primera vez de rozar su delicada piel al nivel de su rodilla y finalmente cuando llegué a la habitación, al posarla sobre su cama, tuve la oportunidad de mirar el color de su prenda interior. Me iba a retirar cuando Gisel me habla con ese tartamudeo característico de los borrachos: - Tony, no te vayas, quédate a dormir conmigo… Padrino no sea malo, venga y me cuenta un cuento. –y me señalaba la cama con una sonrisa coqueta que nunca había visto en ella. - Gisel, realmente no pensé que estuvieras tan borracha. No sabes lo que dices. –le dije. Mientras ella continuaba diciéndome que no me retirara y que durmiera con ella, me recordé de aquel calzón sucio que un día esculqué en su habitación y el consolador que a saber cuántas veces había tenido en el orificio exquisito de su conchita. No me hice de rogar y solamente me acerque con la excusa de ofrecerle café. - Gisel, ¿te preparo un café? - No, no quiero café, solo quiero que duermas conmigo. - No quiero perder la amistad con ...
    ... tus padres. - Pues no se lo cuentes… yo menos que lo mencionaría. Ven, acuéstate a la par mía. Recuerdo que Gisel con un maniobrar típico de una persona bajo la influencia del alcohol, me ha removido la corbata y el chaleco de mi traje, me remueve el cinto del pantalón, me desabrocha el pantalón y baja el cierre. Ella se quita los zapatos y yo hago lo mismo con los míos, me pide que le baje el cierre de su vestido y le desabroche su brassier, lo hago y queda ante mí con solo su prenda más intima, un pequeño bikini color negro que cubre ese rico culo y esa rica conchita. Me toma de nuevo de la mano y me conduce a la cama y ella se pone de lado, como dándome su rico trasero y pone una de mis manos para que le tome uno de sus pechos. Increíblemente, pensé que continuaríamos, pues Gisel me había puesto la verga erecta con su desnudez, pero nos hemos quedado dormidos. Recuerdo que eran las diez de la noche y me he despertado a las tres de la mañana. Gisel ya está despierta y siento que ella juega tocándome los pectorales. Se mira que ya se ha recuperado de las tres margaritas y vuelvo de nuevo a confrontarla: - ¿De verdad lo quieres hacer? - ¿Tu no? - Obvio que lo quiero hacer, eres una chica muy linda. - Y tú, un hombre muy guapo. Quiero que me cojas como tú quieras, las veces que quieras… quiero sentirte adentro de mi. Recuerdo que yo continuaba con mi pantalón desabrochado y Gisel me lo ha removido completamente y a la vez me ha despojado del bóxer. Veo los ojos claros de Gisel ...
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