1. Mi tía y su calurosa estadía


    Fecha: 28/09/2018, Categorías: Incesto Hetero Autor: Jessvelo, Fuente: CuentoRelatos

    ... a su ojete, como vi que le gustaba cogí el jabón y me enjabone mi dedo índice. Comencé a meterlo poco a poco hasta que entró todo, luego otro más estirándole el esfínter, ella se retorcía de placer. —Queres darme por ahí también degenerado? pues dale que esperas?, Al decir eso se agachó un poco más me puse detrás y guíe mi verga hacia su dilatado y lubricado esfínter no opuso gran resistencia y en la segundo meneo de caderas se fue toda mi verga perdiéndose entre sus nalgas a través de su hoyito. Se quejaba que le dolía al principio pero luego de un breve momento solo se oía el plof plof del golpear contra sus carnes. No sé si sería porque ya había acabado dos veces antes pero a este polvazo lo estaba disfrutando tanto yo, sin miedo a correrme muy rápido, gemíamos como locos llevábamos ya como diez minutos de meterse y saca, mi tía estaba por correrse otra vez pues su respiración empezó a agitarse y su cuerpo a temblar sus piernas desfallecían de a ratos. Un grito anunció que estaba acabando, mientras le bombeaba por su culo con la otra sobaba con fuerzas su clítoris, yo aún no me corría por lo pronto cuando noté que lo estaba haciendo ella, la cogí ...
    ... con todas mis fuerzas y no la dejé de bombear a toda velocidad y le enterraba mi verga hasta los huevos, sus jadeos y gritos no cesaban. Al mismo tiempo de su interior salió un chorro caliente que mojo mis rodillas y luego otro y otro, la muy calentones se estaba meando de gusto y placer, no pare en ningún momento hasta que también me corrí llenándole sus intestinos con mi leche, nos dejamos caer en la bañera casi sin aire, abrimos otra vez la regadera. Luego nos acostamos y el reloj daba las 4 de la mañana, ambos desnuditos, la abracé por detrás y nos dormimos así, al despertar estábamos aun así abrazados y como estábamos aún con ganitas nos echamos otro a modo de despedida, ella se puso a 4 patas y también me cabalgó hasta corrernos juntos. Nos vestimos y prometimos repetir en cualquier ocasión que tuviéramos, luego de unos días ella se marchó a la capital otra vez con su marido y su hijo. Yo cada vez que veo la cama de mis padres recuerdo ese encuentro prohibido y maravilloso que tuvimos junto a mí tía Raquel ya que fue la primera mujer que realmente me gustó y ese momento íntimo lo recordaré hasta mi muerte ya que fue tan real como la vida misma. 
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