1. Ayudando a Mamá (08) [Final].


    Fecha: 08/10/2018, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... Le di con fuerza ya que ese culito dilatado así me lo pedía. Sus nalgas temblaban como gelatina y sus gemidos se perdían dentro de la vagina de Graciela. Cuando acabé no solté mucho semen, pero mis espasmos fueron tan fuertes que me vi obligado a tenderme sobre la espalda de mi tía y de paso, aferrarme a sus grandes tetas. En pocos segundos caímos rendidos los tres. Tal vez no fue nuestro acto sexual más prolongado, pero sí fue uno de los más placenteros y morbosos, fue justamente eso los que nos llevó tan rápido al apogeo sexual. Nos quedamos charlando y riéndonos durante unos minutos, nunca había visto tan felices a las hermanas estando juntas. Especialmente a mi tía, que solía tener mal carácter. Lo mejor de todo es que esa personalidad de perro rabioso se quedó en el olvido después de unos días. Ella se mostraba jovial y contenta casi todo el tiempo, a lo mucho se enfada por cuestiones típicas de la convivencia con la familia, como “¿Quién fue el animal que llenó de semen el tapizado de mi sofá?”. Tal vez no era tan típico en todas las familias, pero en la mía sí. Esa vez el culpable fui yo, que aproveché una tarde a solas con Naty en su casa. Mi prima fue una de las que más se alegró con la resolución de los problemas. En poco tiempo comenzó a disfrutar de tríos con sus padres y venía muy contenta a casa para contarme cómo su papá le daba por la cola. La chica estaba un poco ida de la cabeza, no lo voy a negar, pero era muy simpática y todos la adorábamos, era nuestra ...
    ... chiquita especial. Dejó de hacer petes por el barrio y eso me valió más de un encontronazo con amigos, y ex amigos que no comprendían por qué ahora la chica se la daba de puritana. Hasta mi tío Mario tuvo que intervenir en un par de ocasiones. Todo en mi familia parecía marchar sobre ruedas hasta que un día recibí una llamada que lo cambiaría todo. -¿Hablo con el señor Nicolás Simel? -Ehhh… ah sí, sí. Soy yo –todavía me acostaba acostumbrarme a mi apellido materno, aunque el trámite para cambiarlo fue largo y tedioso, valió totalmente la pena. -Le hablo para comunicarle que nos gustaría que formase parte del personal en nuestras instalaciones. No lo podía creer, querían contratarme en una importante fábrica de golosinas. Intenté mostrarme lo más tranquilo posible, ellos acordaron que en pocos días enviarían a alguien a buscarme, era parte de la atención. Cuando colgué el teléfono corrí a contarle a mi madre que ya tenía trabajo, ella se alegró tanto como yo y me dio un gran abrazo. En ese momento me puse triste. -¿Qué te pasa Nico? -Es que la fábrica queda lejos mamá y a veces se trabajan seis días a la semana. No nos vamos a ver nunca –esto le transmitió mi tristeza. -No te preocupes Nico, al fin y al cabo vos tenés que hacer tu vida. Es un trabajo muy importante, con tu capacidad podés llegar muy lejos. -Pero… -Nada de peros, ya estás grandecito para estar prendido a las faldas de mamá. Esto lo hablamos mil veces Nico, alguna vez llegaría el día en que deberíamos separarnos ...